Cuando el cielo se cubre de nubes y el aroma a tierra mojada invade el aire, en San Jerónimo Norte, Santa Fe, hay una tradición que se enciende: preparar “jrujiles”. Así, con jota y sin demasiadas certezas sobre su escritura. “El primer problema es cómo se escribe, porque es una palabra de los valesanos que hablaban un dialecto sin escritura”, explicó el cocinero Sergio Claussen a El Litoral, mientras sus hijos amasaban y daban forma a esta delicia que, como las clásicas tortas fritas, es sinónimo de lluvia y familia.
“Acá todavía hay gente grande que lo habla al dialecto; yo lo escribo como se pronuncia con jota: jrujle”, contó Claussen, quien heredó la costumbre de generaciones anteriores. En su casa, cuando el agua cae, la cocina se llena de harina, risas y olor a grasa caliente.
El paso a paso para preparar las clásicas tortas fritas "jrujile"
La receta, dice, es simple y efectiva: dos huevos, medio pote o 100 cm³ de crema de leche, una taza de leche, dos cucharadas de azúcar, una pizca de sal y harina común, “la que pida la masa”. Todo se mezcla, se amasa y se deja descansar, media hora o una hora, cuanto más mejor. Luego se forman bollitos, se estiran, se cortan en cuadraditos y se fríen. “Si es en grasa de cerdo, mejor, porque salen más sequitos”, aseguró el cocinero. El toque final: una lluvia de azúcar espolvoreada.
Los jrujiles no solo calientan el cuerpo, también el corazón. “Se hacen cuando llueve, porque antes era lo típico en el campo: la gente se quedaba adentro porque no se podía trabajar afuera, y hacían toneladas de jrujles. Se podían guardar varios días y no se ponían feos”, recordó Claussen con una sonrisa.
Ingredientes
- 500 gramos de harina 000.
- 100 gramos de grasa vacuna o manteca derretida.
- 250 ml de agua tibia, leche o una mezcla de ambas.
- Una cucharadita de sal.
- Grasa para freír.
Entre el sonido de la fritura y el perfume dulce del azúcar, esta receta ancestral sigue viva, uniendo pasado y presente bajo el mismo ritual: amasar mientras llueve.
