Nada supera a una buena salsa de tomate casera para realzar el sabor de las pastas. Sin embargo, uno de los problemas más comunes al prepararla es la acidez excesiva. La buena noticia es que existen trucos simples que permiten equilibrar el sabor sin perder frescura, logrando una salsa suave, aromática y perfecta para cualquier plato.
Para lograrla solamente hacen falta unos pocos ingredientes que generalmente están en todos los hogares argentinos, o son muy fáciles de conseguir. La salsa perfecta se logra con los que se mencionan a continuación:
-
½ cebolla
-
2 dientes de ajo
-
Aceite de oliva, cantidad necesaria
-
Sal y pimienta negra, a gusto
-
800 g de tomate perita en conserva
-
1 cucharadita de azúcar
-
1 cucharada de albahaca fresca picada
-
1 pizca de orégano seco
Preparación paso a paso para preparar la salsa de tomate casera
-
Sofreír los vegetales: picar la cebolla y el ajo, y rehogarlos en aceite de oliva con una pizca de sal hasta que estén transparentes.
-
Añadir los tomates: procesar ligeramente los tomates y sumarlos a la olla junto con un vaso de agua.
-
Condimentar: incorporar el azúcar, la albahaca y el orégano. Mezclar bien.
-
Cocinar a fuego lento: dejar hervir suavemente unos 15 minutos, revolviendo de vez en cuando, hasta que espese.
-
Ajustar el sabor: si la salsa aún resulta ácida, sumar una pizca de bicarbonato de sodio y dejar cocinar unos minutos más.
-
Servir: rectificar con sal y pimienta, y disfrutar sobre tu pasta favorita.
Una salsa de tomate casera hace la diferencia.
Tips para lograr la salsa perfecta
-
Bicarbonato de sodio: ¼ de cucharadita por cada 3 tazas de salsa ayuda a neutralizar la acidez.
-
Dulzura natural: una pizca de azúcar o un poco de manzana rallada suavizan sin alterar el sabor fresco.
-
Tiempo de cocción: cuanto más prolongada y lenta sea, más equilibrada será la salsa.
-
Variaciones: frutos secos hidratados, como pasas u orejones, suman dulzor y textura especial.