El falafel es mucho más que una simple croqueta de garbanzos; es una explosión de sabores y texturas que ha conquistado paladares en todo el mundo. A continuación, te guiamos con la receta de falafel auténtico de Paulina Cocina. Conseguí un falafel crujiente por fuera, esponjoso por dentro y lleno de ese sabor inconfundible a hierbas frescas y especias.
¿Qué es el Falafel?
El falafel es un plato tradicional de Oriente Medio, originalmente elaborado con garbanzos o habas. Su historia se remonta a Egipto, donde se cree que los cristianos coptos lo crearon como un sustituto de la carne durante los periodos de ayuno. Hoy, es un emblema de la comida vegana y una opción deliciosa y nutritiva para cualquier ocasión.
Ingredientes
Para preparar aproximadamente una docena de unidades, necesitás:
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1 taza de garbanzos cocidos (preferiblemente remojados y cocidos en casa, no de lata).
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1 cebolla de verdeo fresca.
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1 manojo de cilantro (o perejil, según tu preferencia).
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½ taza de harina (para dar consistencia).
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1 diente de ajo.
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Jugo de 1 limón.
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Pan rallado para empanizar.
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Comino, sal y pimienta al gusto.
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Aceite para freír u hornear.
Elaboración paso a paso
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Preparar la base de garbanzos:
Coloca los garbanzos en una superficie plana y písalos con un tenedor o pisapurés. La textura irregular es clave para un falafel con personalidad. Evita procesarlos en exceso. -
Integrar sabores:
Pica finamente el cilantro, el ajo y la cebolla de verdeo. Mézclalos con los garbanzos, añadí sal, pimienta y comino. Este último es el alma de la especia en el falafel. -
Dar forma a las bolitas:
Agregá el jugo de limón y la harina. Amasá hasta obtener una mezcla homogénea. Formá bolitas compactas del tamaño de una albóndiga y pasalas por pan rallado. Apretar bien la masa es crucial para que no se desarmen. -
Cocción:
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Fritura tradicional: Sumergí el falafel en aceite caliente hasta que esté dorado y crujiente.
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Opción al horno: Colocalo en una bandera rociado con aceite para lograr un resultado más ligero pero igualmente dorado.
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Los garbanzos son la base fundamental de esta receta.
Trucos infalibles para un resultado profesional
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Garbanzos secos remojados: Los garbanzos enlatados contienen demasiada humedad y pueden hacer que el falafel se desintegre. Remojar garbanzos secos durante 24 horas garantiza una textura firme y esponjosa.
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Refrigerar la mezcla: Enfriar la masa durante al menos una hora (o toda la noche) facilitará el moldeado y mejorará su consistencia.
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Añadir levadura en polvo: Un toque de levadura justo antes de formar las bolitas hará que el interior quede más aireado.
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Controlar la temperatura del aceite: Si freís, el aceite debe estar alrededor de 375°F (fuego medio-alto). Un aceite demasiado caliente va a quemar el exterior, mientras que uno frío absorberá más grasa.
Ideas para servir y acompañar
El falafel es versátil y se adapta a múltiples combinaciones:
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En sándwich: Rellena un pan pita con falafel, salsa de yogur, lechuga y tomate.
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Con ensaladas: Acompaña con una ensalada de remolacha y tomate, o con quinoa.
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Con salsas: La tahini, el hummus o una salsa de yogur con menta son acompañantes clásicos.
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Como plato principal: Servilo con arroz y verduras asadas para una comida completa.
