El aire de televisión volvió a quedar envuelto en tensión después de un inesperado intercambio durante el programa de Jonatan Viale. Mientras analizaban el clima político, Manu Jove deslizó una frase sobre el caso Spagnuolo y el escándalo de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). El comentario sorprendió en el estudio y generó una rápida reacción del conductor.
“El hábito de anotar coimas en cuadernos parece que es transversal en la política. Ahora pasa… Evidentemente en la causa Spagnuolo pasa… Qué manía de afanar y escribirlo. Aparte de chorro son boludos. Así estamos”, lanzó Jove sin filtro. La frase quedó resonando apenas unos segundos antes de que Viale decidiera intervenir.
Sin ocultar el incomodidad, el conductor interrumpió con un escueto: “Bueno, mañana seguimos…”, dando por cerrada la conversación y cortando el clima al instante. El gesto no pasó desapercibido en redes, donde usuarios destacaron la abrupta forma en la que dio por finalizado el análisis. El episodio se produjo en medio de un clima mediático cargado por la causa que tiene en la mira a Diego Spagnuolo, ex titular de la ANDIS. Las revelaciones judiciales sobre presuntos direccionamientos de contrataciones, sobreprecios y retornos multimillonarios marcaron las últimas semanas y generaron impacto en la agenda televisiva.
El caso Spagnuolo: la estructura que revelaron cuadernos y un celular
La causa que involucra al ex titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, destapó una maniobra millonaria. Según la fiscalía, dentro del organismo funcionó durante casi dos años un sistema de direccionamiento de compras, sobreprecios y retornos que movió más de 48.000 millones de pesos. El fiscal Franco Picardi señaló que existió una red organizada que manipulaba compulsas de precios para beneficiar a un conjunto de droguerías, entre ellas Profarma S.A., Génesis S.A., New Farma S.A. y Floresta S.A. La estructura incluía “operadores externos” que, sin estar designados formalmente, influían en los pagos y contrataciones.
La investigación se consolidó gracias a los cuadernos manuscritos de Miguel Ángel Calvete, proveedor vinculado a múltiples empresas, y a la información extraída del celular de Daniel Garbellini. En esos registros figuraban nombres, porcentajes, rutas de dinero y vínculos entre funcionarios y firmas del sector salud. Para la justicia, se trató de una red sostenida en el tiempo, con roles asignados y un objetivo claro: garantizar adjudicaciones direccionadas.
