Con el uso constante durante el verano y el descanso en los meses fríos, los ventiladores de techo tienden a acumular una fina capa de polvo que afecta su funcionamiento y la calidad del aire del ambiente. Aunque muchos creen que necesitan un técnico para “arreglarlo”, en la mayoría de los casos una buena limpieza es suficiente para recuperar su eficiencia, evitar ruidos molestos y prolongar su vida útil.
El paso a paso para arreglar el ventilador de techo
1. Seguridad primero: desconectá la energía
Antes de comenzar cualquier tarea, es fundamental desconectar el ventilador de la corriente eléctrica y esperar unos minutos para asegurarte de que las aspas estén completamente quietas. Este simple paso es el más importante para trabajar sin riesgos.
2. Prepará el espacio
Colocá una sábana o toalla vieja sobre el piso o los muebles que queden debajo del ventilador. Así evitarás que el polvo caiga por todo el ambiente.
Si el ventilador está muy alto, usá una escalera firme o un mango extensible con paño de microfibra para llegar cómodamente.
3. Limpieza básica de las aspas
Con un trapo ligeramente húmedo, pasá por cada aspa con movimientos suaves, desde el centro hacia afuera. Esto ayudará a retirar la suciedad acumulada sin dañar el material. Para la parte superior, la que más polvo junta, podés usar un truco muy práctico: una funda de almohada vieja. Colocala sobre cada aspa, y al retirarla, el polvo quedará atrapado adentro, evitando que se disperse en el aire.
4. Eliminá manchas difíciles
Si encontrás grasa o suciedad adherida, prepará una mezcla casera con agua tibia, vinagre blanco y unas gotas de detergente neutro. Humedecé el paño con esta solución y repasá las aspas. No rocíes directamente productos de limpieza sobre el motor ni sobre las piezas eléctricas, ya que podrías dañarlas.
5. No olvides la base y la tulipa
La base del ventilador y la tulipa del foco también acumulan polvo con el tiempo. Pasales un paño húmedo y asegurate de secar bien todo antes de volver a conectar la energía.
6. Verificá el equilibrio
Una vez limpio y seco, volvé a conectar el ventilador y encendelo en velocidad baja para comprobar que las aspas estén bien equilibradas. Si funciona parejo y sin vibraciones, ya está listo para usarse.
