La tarde en Buenos Aires parecía derretirse sobre las veredas. Era fines de noviembre, pero la ciudad sentenció un pleno infierno de 38 grados, el sol atravesando los toldos de los cafés, la gente refugiándose bajo cualquier sombra que se dignara a existir. En una mesa arrimada a la ventana, donde apenas soplaba un hilo de aire tibio, me esperaban Marc Gili y Belly Hernández, dos tercios del corazón que sostiene a Dorian, la banda catalana que acaba de bajarse del escenario de un hito pop argentino abriendo los dos Ferro como invitados de Miranda!
Están cansados, sonrientes, todavía con esa electricidad que queda pegada a la piel después de tocar para miles de personas. Dentro de unas horas se subían a un avión para volver a España. Pero entre cafés helados que se derretían demasiado rápido, hablamos. “Este viaje fue un punto y aparte para Dorian en Argentina", Marc acomoda los lentes, respira hondo y suelta la primera frase que define todo: “Actuar dos noches seguidas en Ferro fue… impagable.”
El acento catalán le da un peso casi solemne a la palabra impagable. Belly asiente, repitiendo la escena en su cabeza. “Nos llevamos la experiencia maravillosa de conectar no solo con el público de Miranda, sino también con nuestros seguidores de acá. Fue muy fuerte, muy bonito.”
Para una banda con años de relación con el público argentino, giras, colaboraciones, amistades musicales, este viaje tuvo algo distinto. Como un hito de esos que marcan un antes y un después.
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Dorian x Miranda!: una amistad que se volvió tradición
Quiero ir atrás, al origen de todo, ¿Cómo se cruzaron dos bandas que, aunque de países distintos, habitan la misma galaxia sonora?. Belly sonríe como quien recuerda a viejos amigos. “Nos conocemos de hace años. Empezamos más o menos a la par, con trayectorias parecidas… El sonido, la forma de trabajar, muchas afinidades.” Marc agrega: “Nos entendimos enseguida. Son súper trabajadores, muy generosos. Y tenemos gustos muy parecidos: electrónica, hip-hop, house clásico, dream pop… Fue muy natural.”
Lo que empezó como coincidencia terminó en ritual, Miranda abrió los shows de Dorian en España y luego los invitaron a abrir sus dos Ferro en Argentina. Una cadena de reciprocidad artística que, a esta altura, ya parece tradición. “Cuando nos llegó la propuesta para Ferro, nos sentimos honradísimos”
El Ferro es más que un estadio. Es una liturgia. Pregunto cómo recibieron la invitación. Marc se ríe, como si todavía no terminara de caer. “Honrados. Sabemos perfectamente la importancia que tenían esos shows para Miranda y para la música argentina. Nos sentimos muy orgullosos de pisar esas tablas.” El primer día —cuentan— el público los recibió como si los hubiera estado esperando hacía años. No es raro. En Argentina, Dorian tiene algo parecido a una hermandad emocional con la audiencia local.
Próxima parada: Cosquín Rock
Entre el ruido de tazas y la gente entrando buscando aire acondicionado, Belly anuncia lo que viene: “Vamos a estar por primera vez en Cosquín Rock. Muchísima ilusión. Solo habíamos tocado en Buenos Aires y La Plata. Queríamos salir un poco, ver más del país.” Marc tira un dato que lo llena de orgullo: “Creo que somos la única banda española del cartel.”
Cuando les cuento que el festival está rodeado de sierras y naturaleza, abren los ojos con la emoción de quien está por entrar a un territorio mítico. Mientras afuera el asfalto parece hervir, ellos confiesan que cada vez que vienen a Argentina quieren recorrer más. Pero el calendario siempre los obliga a correr. “Nos habría encantado ir a Jujuy esta vez… pero tenemos un último festival en España este sábado.”
Prometen que en febrero, antes del Cosquín Rock, se quedarán unos días más. Pero la máquina creativa no se detiene.“Vamos a lanzar uno o dos sencillos antes del verano español. Después estaremos girando por España entre mayo y septiembre. Y en octubre y noviembre hacemos un tour largo por Latinoamérica. Obviamente Argentina está incluida.”, confiesan.
Si algo fascina de Dorian es su escucha voraz. Hablan con amor de Santi Motorizado, de Babasonicos, de Conociendo Rusia, pero también de nuevas camadas. Belly se adelanta: “Me encanta Winona Riders. Tienen esa onda Jon Spencer y Dandy Warhols… muy elegante. Son geniales.” Marc agrega una lista casi generacional: Bandalos Chinos, Dillom, Marilina Bertoldi. “Tengo unas ganas locas de colaborar con Mateo (Sujatovich)”, dice, como si estuviera manifestándolo al universo.
Y al revés: ¿qué pasa en la escena española? Les pregunto qué artistas nuevos recomiendan. Responden sin dudar: “Barry B. Está muy fuerte ahora. Mezcla electrónica y rock de manera muy personal. Tiene muchísimo futuro.” Y después hablan de algo que suena sorprendentemente parecido a lo que pasa acá. “En España hay un redescubrimiento de las bandas. La gente joven está volviendo a buscar electricidad en la cara. Bandas que llenan salas de 800, 1500 personas… Es hermoso.”
"Hay chicos muy jóvenes que descubren al Dorian de hace diez o quince años como si fuera nuevo. Y se nos mezcla gente de 18 con gente de 50 en los shows. Es precioso.” Lo dicen con gratitud. Con la calma de quien entiende que sobrevivir al tiempo no es solo resistir, es renovarse.
