St. Vincent llenó de caos y rock el Complejo C

St. Vincent se presentó por tercera vez en Argentina y conectó como nunca con el público local. Tras dos shows con sabor a poco en dos ediciones del Lollapalooza, Annie Clark cautivó a los espectadores que coparon el Complejo C y estaban extasiados tras el show de la leyenda del rock alternativo Kim Gordon.

En un recital de una hora y media, casi sin interrupciones, dio muestras de su histrionismo, sus dotes con la guitarra y su capacidad de crear música en lo que visto en silencio puede parecer un caos. Y hasta de su esfuerzo para hablar en español, para agradecerle el cariño al público latino.

La lista de 16 temas comenzó, en una puesta totalmente teatral, con Reckless. La canción forma parte de All Born Screaming, su último trabajo y por el cual se llevó tres Grammys, y, que regrabó por completo en español (Todos Nacen Gritando).

Luego llegaron Fear the Future y Los Ageless  (ambas del álbum Masseduction) y después el “Olé Olé Olé Olé Annie Annie”, pero desde abajo del escenario. Ese ida y vuelta con el público no se detuvo nunca. Aunque ella, con su presencia magnética, siempre tuvo el control de la velada. 

También hubo momentos para dejar en claro por qué es una de las mejores guitarristas del mundo con canciones como Flea, Birth in Reverse o Cheerleader. Y para demostrar su capacidad musical al sumarse a los instrumentos de su banda, como cuando terminó golpeando los platillos de su baterista o metió mano en la guitarra de Robert Ellis.

Tampoco faltaron los gritos, gemidos, que su bajista le dé nalgadas y le agarre el pelo en la intro de Sugarboy y el crowd surfing: cantó New York mientras era llevada en andas por el público. Y cuando regresó al escenario, lanzó la guitarra hacia la personas que minutos antes la tenían en sus manos.

“Mi español es terrible”, reconoció St. Vincent en medio del show. Pero así y todos cantó algunos de los versos de Violent Times en nuestro idioma. Hace una semana, en medio de su gira por Sudamérica, lanzó Tiempos Violentos, que tiene a Mon Laferte encargada de la partes en español.

Aunque buena parte del show se centró en su último disco, se encargó de que el repertorio de la noche tenga temas de casi su discografía completa, pues solamente faltaron canciones de su álbum debut Marry Me. 

El cierre, con una previa en la que encendió un cigarrilo e hizo “chinchin” con una lata de birra”, fue con el único bis de la noche que fue acompañado solamente con los teclados: Candy Darling. “Buenas noches, mi’ amores”, se despidió al final del show.