Las series españolas no dejan de sorprender en el catálogo de Netflix y Ángela es una de las más recientes producciones que ha capturado la atención del público con una trama intensa, emocional y cargada de suspenso. Estrenada el 4 de julio de 2025 en la plataforma, esta ficción adapta la exitosa serie británica Angela Black y cuenta la historia de una mujer atrapada en un matrimonio aparentemente perfecto que esconde una pesadilla de violencia y manipulación.
Ángela Márquez, interpretada por Verónica Sánchez, lleva una vida que desde afuera parece idílica: un buen hogar, dos hijas hermosas y un marido ejemplar. Sin embargo, detrás de esa fachada se oculta un infierno diario. Gonzalo (Daniel Grao), su esposo, es un hombre controlador, abusivo y manipulador que no solo la maltrata física y emocionalmente, sino que también mantiene su vida bajo un férreo control. Todo cambia cuando aparece un hombre misterioso que se presenta como Edu (Jaime Zatarain) y le ofrece ayuda para liberarse. Lo que parecía el principio de su salvación se transforma en un juego de engaños, traiciones y amenazas.
Final explicado de "Ángela", la serie española de Netflix
El capítulo final de Ángela, emitido originalmente en abril de 2025 y disponible ahora en Netflix, resuelve los grandes interrogantes que atraviesan la serie y ofrece una conclusión emotiva y poderosa. Desde los primeros minutos, se revela la verdad: Edu, cuyo nombre real es Roberto, no es quien decía ser. En realidad, ha estado colaborando en secreto con Gonzalo, el propio maltratador de Ángela, para manipularla aún más.
Gonzalo, movido por la venganza y el deseo de seguir controlando a Ángela, utilizó a Roberto como una herramienta para sembrar confusión y desesperación en su víctima. Ángela, que había confiado en este supuesto salvador, descubre que todo fue parte de una elaborada trampa para mantenerla atrapada en un círculo de abuso emocional y psicológico.
El punto crucial llega con el esperado juicio por la custodia de sus hijas. Con la ayuda fundamental de Esther (Lucía Jiménez), su amiga de toda la vida y abogada, Ángela se arma de valor y presenta pruebas irrefutables de los abusos sufridos. Entre los elementos clave se encuentra una grabación en la que Gonzalo, en un ataque de ira, la golpea brutalmente. Este testimonio visual se convierte en la pieza decisiva que lleva al agresor directo a la cárcel.
La serie cierra su arco narrativo con un mensaje de empoderamiento. Gonzalo es finalmente arrestado y Ángela, por primera vez en años, puede respirar tranquila. Junto a sus hijas y en el hogar de su madre, abraza un nuevo comienzo, lejos del terror que la marcó durante tanto tiempo. Este final no solo representa su victoria legal, sino también su transformación interna: de víctima a superviviente.