La segunda temporada de Respira, disponible en Netflix desde el 31 de octubre de 2025, retoma el universo del hospital ficticio Hospital Joaquín Sorolla en Valencia con un giro radical: el centro pasa de gestión pública a privada, desencadenando recortes, tensiones éticas y dilemas morales profundos. Los personajes que ya conocíamos: Patricia Segura (Najwa Nimri), que además combate un cáncer, Jésica Donoso (Blanca Suárez) y Néstor Moa (Borja Luna), afrontan ahora un nuevo escenario donde la rentabilidad se impone sobre la vocación.
La nueva entrega cuenta con ocho episodios. Entre las novedades de reparto está la incorporación de la oncóloga Sophie (Rachel Lascar) y el cirujano interpretado por Pablo Alborán, que suman nuevas dinámicas al conflicto central. En esta temporada, los casos médicos límite se mezclan con la vida personal de los profesionales: triángulos amorosos, decisiones familiares inquietantes y una presión evidente sobre el sistema sanitario. Es una serie que mezcla el thriller médico con crítica social, y lo hace con ritmo, aunque no sin controversias.
Final explicado de "Respira" y sus vueltas de tuerca
En el episodio final de esta temporada, se desvelan varias tramas que se habían ido gestando:
- La privatización del hospital ya es un hecho, mientras Patricia continúa con su tratamiento experimental bajo la supervisión de Sophie, pero se descubre que los datos de eficacia de éste han sido manipulados.
- Jésica, tras sobrevivir a un episodio crítico, decide cortar con Biel y profesionalmente se inclina por Lluís, aceptando responsabilidades mayores.
- Néstor y Biel, indignados por las irregularidades, investigan a Sophie, pero cuando van a presentar pruebas, ella desaparece junto con su equipo y los archivos del estudio. Patricia descubre que ha sido reelecta, a pesar de los escándalos.
- La relación entre Biel y su padre se rompe momentáneamente: Biel sospecha que su padre pudo haber colaborado con Sophie filtrando información, y justo cuando intentan aclararlo, el padre sufre un accidente de tráfico que deja abierto ese conflicto.
- La temporada termina sin que todas las piezas encajen: muchos cabos sueltos, un hospital al borde, los personajes enfrentados a sus límites y decisiones que aún no tienen respuesta.
Reflexiones sobre el final de "Respira"
La serie da un paso más allá de la ficción médica para convertirse en una radiografía de la precariedad, al mostrar que la gestión privada puede colisionar con la ética profesional. Patricia, la figura política y médica, encarna por un lado la vulnerabilidad humana (cáncer) y por otro la ambición institucional, lo que cuestiona hasta qué punto una persona puede sostener sus valores cuando tiene poder.
La desaparición de Sophie y la falta de cierre para Biel o los profesionales muestra que en la vida real muchos problemas no se resuelven de forma limpia: deja al espectador con ganas de más. El triángulo afectivo entre Jésica, Biel y Lluís sirve como contrapunto al drama médico: lo personal se mezcla con lo profesional, y muestra que los protagonistas no solo están salvando vidas, también la suya propia.
Finalmente, el hecho de cerrar muchas tramas abiertas, pero no todas, deja la puerta abierta a una posible tercera temporada: la pregunta es si volveremos para ver cómo se enfrentan los personajes a las consecuencias de sus actos.
