La nueva miniserie española Los sin nombre llega con fuerza como un thriller psicológico que fusiona lo sobrenatural, el dolor del duelo y la investigación obsesiva. Dirigida por Pau Freixas y escrita por Pol Cortecans, la producción está basada en la novela de Ramsey Campbell y reelabora la película homónima de 1999 de Jaume Balagueró.
La trama arranca con Claudia Durán (interpretada por Miren Ibarguren), una doctora cuya pequeña hija, Ángela, desaparece tras protagonizar un inexplicable “milagro”: tras un accidente de tráfico, Ángela salva a una joven, lo que la convierte en “la niña especial”. Siete años después del suceso, en el que la niña fue considerada muerta, Claudia ha rehecho su vida y está embarazada de nuevo, cuando recibe una llamada aterradora: "Mamá, soy yo, Ángela. ¡Por favor, ven a buscarme!". Entonces Claudia se une al inspector Javier Salazar (Rodrigo de la Serna), quien llevaba el caso original y ahora vive caído en desgracia, y a Laura (Milena Smit), la chica que Ángela había salvado, para investigar qué ha sucedido realmente. A través de pistas y símbolos (como el tatuaje en forma de mariposa) descubren la existencia de una secta llamada “Los sin nombre”, que recluta niños “especiales” para fines oscuros.
Final explicado de "Los sin nombre"
El final de la serie no es tranquilo: Claudia finalmente encuentra a Ángela, quien aparentemente ha sobrevivido y parece tener un papel mucho más activo de lo que se creía. Durante el parto de Claudia, Ángela la ayuda, pero luego la ataca, se lleva al bebé y revela que ahora es la nueva líder de la secta. Salazar la persigue hasta una fábrica donde cientos de miembros de la secta la idolatran. La policía irrumpe y detiene a muchos, pero Ángela queda libre, o al menos su influencia persiste. Años después, Claudia va a recoger a Ángela, internada, con su hijo. En el coche, Ángela pronuncia la palabra “mariposa”, símbolo de la secta, lo que deja claro que quizá sigue siendo parte de ese mundo o lo controla.
La serie juega con la ambigüedad entre víctima y verdugo. Ángela no es simplemente una niña desaparecida ni un miembro pasivo: se convierte en el eje del mal, de la secta, controlando incluso los acontecimientos que parecían resolver el misterio. El símbolo de la mariposa representa tanto la inocencia como la transformación en algo peligroso. Aunque Claudia logra recuperar a su hija, nunca tiene la certeza de quién ha regresado: la niña que conoció o alguien distinto. Salazar, por su parte, queda atrapado psicológicamente por el poder de Ángela y de la secta, lo que sugiere que la resolución es provisional, que el mal sigue latente. En ese sentido, la serie cierra una historia pero deja abierta la puerta de que “Los sin nombre” no han sido completamente derrotados.
