En el fútbol de América, los equipos que se llaman “Leones" son muchos y llaman la atención. Desde clubes históricos con títulos internacionales hasta proyectos emergentes del ascenso, el nombre —o su simbología— se repite como un emblema de fuerza, orgullo y pertenencia. En México, Colombia y Honduras, varios equipos llevan el espíritu felino en su denominación o en su identidad deportiva.
En México, el Club León es el ejemplo más emblemático. Fundado en 1944 tras la fusión entre la Selección de Guanajuato y Unión de Curtidores, el club se consolidó como uno de los grandes del fútbol azteca. Con ocho títulos de Liga MX —1948, 1949, 1952, 1956, 1992, Apertura 2013, Clausura 2014 y Guardianes 2020—, su historia está marcada por ciclos de esplendor y renacimiento. Aunque no utiliza “Leones” en plural, la fuerza del singular en su nombre se refleja en el apodo “La Fiera”, símbolo de garra y combatividad. Con sede en Guanajuato y una hinchada fervorosa, el León juega en el Estadio del mismo nombre, con capacidad para más de 30 mil espectadores, y mantiene una identidad que mezcla tradición, elegancia y ferocidad.
En Colombia, Leones Fútbol Club lleva el término de forma literal. Su origen se remonta a 1944, cuando fue fundado como Deportivo Rionegro, y en 2015 adoptó su actual denominación tras mudanzas y reestructuraciones dentro del departamento de Antioquia. Conocido como “El Equipo Felino”, el club vistió colores auriverdes y alcanzó el ascenso a la Primera A en 2017, aunque su paso por la élite fue breve. Leones representa una versión más popular y local del símbolo: un club de ascenso que, pese a sus recursos limitados, sostiene la metáfora del león como figura de lucha y resistencia. Su casa es el Estadio Metropolitano Ciudad de Itagüí, con capacidad para unos 12 mil hinchas, donde sigue compitiendo en la segunda división.
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En Centroamérica, el espíritu del felino también está presente. El Fútbol Club Leones HT6, de San Pedro Sula (Honduras), es un proyecto reciente que nació en 2018 bajo el nombre Lone FC y luego adoptó su denominación actual. Compite en la Liga de Ascenso y utiliza el apelativo “Leones” con orgullo, buscando consolidarse como un club formador en la segunda categoría hondureña. Su sede, el Estadio Olímpico Metropolitano, es uno de los escenarios más imponentes de la región, con más de 37 mil butacas, y otorga al equipo un marco grande para un proyecto aún en crecimiento.
En Ecuador, el caso de Leones del Norte aporta una mirada distinta sobre el uso del nombre “Leones” en el fútbol continental. Fundado en 2017 en la ciudad de Atuntaqui, provincia de Imbabura, el club es uno de los proyectos más jóvenes del país y un ejemplo del crecimiento del fútbol en regiones fuera del eje Quito-Guayaquil. Su ascenso ha sido meteórico: tras dominar la Segunda Categoría provincial durante varios años, se coronó campeón nacional en 2023 y logró el histórico pase a la Serie B, donde hoy pelea por un nuevo salto hacia la élite. Con su estadio Jaime Terán Jaramillo como fortaleza y un nombre que evoca fuerza y orgullo, Leones del Norte se ha convertido en símbolo del fútbol emergente del norte ecuatoriano, una institución que encarna literalmente la garra y la identidad que su apelativo promete.
En Argentina, el caso de Leones FC suma una arista singular a la lista de clubes que llevan “Leones” en su nombre. Fundado el 2 de enero de 2015 en la localidad de Alvear, en las afueras de Rosario, el club está vinculado a la familia del futbolista Lionel Messi y representa una apuesta por un nuevo modelo de institución con raíces familiares y proyección profesional. Su crecimiento reciente tuvo un punto de inflexión en 2025, cuando la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) confirmó su afiliación directa para competir en la Primera C a partir de la temporada 2026, sin necesidad de atravesar el Torneo Promocional Amateur
