Los vientos en el fútbol cambiaron. Después de que Rusia y Qatar hayan tenido sus mundiales en 2018 y 2022, la FIFA encontró la posibilidad de volver a darle a Estados Unidos las llaves del deporte y lo hizo. El cambio de dirección, lógicamente, responde a una devolución de gentilezas después de varios años lejos de los dominios que se presumen como propios. Con un primer acercamiento en la Copa América 2024, esta trilogía que dirige Gianni Infantino ahora vive su segundo capítulo: el del Mundial de Clubes. Esta prueba en medio del calendario no sólo sirve para tomar posesión del calendario europeo, también es un anzuelo. Y uno grande.
Al igual que pasó con la Copa América de 2024, el público latino de Estados Unidos se volcó directamente al fútbol. Es que el deporte de la número 5 es, en Estados Unidos, propiedad casi privada de la comunidad latina que vive en ese país. Ahora, ese mismo sector social se ve amenazado por las políticas antimigratorias de Donald Trump que avanza y deporta de manera sumaria. Las redadas del ICE (Servicios de Inmigración y Control de Aduanas) comprometen, de manera directa, a los espectadores latinos de este deportes. El punto más fuerte se vive, sin dudas, en Los Ángeles, lugar que verá acción del Mundial de Clubes, pero también de la Copa de Oro que tiene entre sus participantes a múltiples selecciones de países centroamericanos, los principales apuntados por estas redadas.
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Desde el pasado 6 de juno, las calles de la ciudad californiana fueron escenario de manifestaciones contra las medidas migratorias impulsadas desde el gobierno de Donald Trump. Incluso se declaró un toque de queda en la ciudad desde las 20 hasta las 6 de la mañana desde el último 10 de junio. Por el momento, no hay novedades al respecto pero esto puede repercutir -por ejemplo- en uno de los encuentros que tiene River Plate, ya que enfrenta a Monterrey en esa ciudad. Más allá de esa situación directa contra un equipo argentino, si bien Gianni Infantino todavía no habló al respecto, la seguridad del Mundial está en riesgo, principalmente por las manifestaciones.
Al respecto, en la última semana, consultado por la agencia de noticias AP, la misma oficinia de Aduanas y Protección Fronterizas de Estados Unidos aseguró que "se compromete a colaborar con nuestros socios locales y federales para garantizar que la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 26 sea segura para todos los participantes, como lo hacemos con cualquier evento deportivo importante". El mandatario de la FIFA, Ganni Infantino, trató de sacarse de encima cualquier tipo de este problema. El primer partido del Mundial de Clubes es en Miami con su emblema, Lionel Messi. Justo allí jugará Boca, en el primer partido, contra Bayern Munich. Los hinchas xeneizes, también en un reflejo de las dos Argentinas, coparon la ciudad del sur de Estados Unidos.
"Al igual que con todos los eventos en estadios, los funcionarios del Hard Rock Stadium trabajan en colaboración con las agencias policiales locales y los organizadores de eventos para establecer y aplicar protocolos de seguridad basados en las necesidades únicas de cada evento", le dijo la gerencia del estadio a ESPN. Eso significa mayor seguridad. Todo este tipo de amenazas, junto las redadas en las inmediaciones del estadio, semraron las dudas entre los espectadores. La FIFA tiene miedo de que haya estadios vacíos, también la Concacaf pero por la Copa de Oro.
El valor de los precios de las entradas cambió. Tanto en la Copa de Oro como en el Mundial de clubes. Al regirse por la oferta y la demanda, el valro de los precios cambió. En estas últimas semanas los tickets se rebajaron en, al menos, tres oportunidades y bajaron casi un 85%. No obstante, hay riesgo enorme de ver estadios vacíos por completo por ejemplo, el encuentro entre Ulsan Hyundai (Corea del Sur) y Mamelodi Sundowns (Sudáfrica)podrá verse por 33 dólares en el estadio Inter&Co Stadium. Uno de los precios más bajos. Otro temor es lo que puede pasar entre PSG y Botafogo, que se enfrentan en uno de los estadios más grandes de Estados Unidos, pero que no llegó a completarse.
A todo esto, el miedo que genera, entre otras cosas, la redadas llevó a que la Selección de México, que llegó al país para participar de la Copa de Oro, haya sido sin público alguno. Los ídolos, que suelen ser vitoreados por miles de fanáticos mexicanos, bajaron en soledad. Nadie los recibió en la concentración, principalmente por el temor que producen las redadas del ICE. En este escenario, Edson Álvarez, jugador del West Ham y capitán de la selección mexicana, habló en sus redes “Quiero enviar un mensaje de respeto y solidaridad a todas las familias latinas en Los Ángeles que hoy enfrentan momentos complicados y en especial a mi gente mexicana".
Con un Estados Unidos convulsionado y con un futuro incierto con respecto a la inmigración y a los derechos humanos que allí podrían verse pisoteados, la FIFA toma al torneo como un tubo de ensayo de lo que podría pasar en 2026 con otros dos países. En el medio, lo que la FIFA mira, en definitiva, es la recepción que semejante evento tiene en el mundo después, como nos tiene acostumbrado, solo importa el gol. Pero el gol que pueda hacer Infantino.