Necesitado de dólares frente a los abultados vencimientos de enero, el Gobierno anunció este martes una nueva baja de retenciones a la soja, a sus derivados y a los principales granos y cereales. Sin embargo, el campo advierte que esta reducción, de entre uno y dos puntos, es marginal y no impactará fundamentalmente en la liquidación a corto plazo. Además, la medida implicará una nueva pérdida fiscal sustanciosa a lo largo de 2026.
A partir de ahora, la soja pasará del 26 al 24% de alícuota, los subproductos de la soja del 24,5% al 22,5%, el trigo y la cebada del 9,5% a 7,5%, el maíz y el sorgo del 9,5% al 8,5% y el girasol del 5,5% a 4,5%, según lo anticipado por Luis Caputo. La Bolsa de Comercio de Rosario especificó que, con estas nuevas alícuotas, la soja pasará a tributar si nivel más bajo en 19 años.
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El Gobierno presenta la medida como una cuestión de justicia económica para el campo. "Esta baja de retenciones busca mejorar la competitividad de la agroindustria, uno de los motores más potentes de la economía argentina y responsable de cerca del 60% de nuestras exportaciones", señaló el ministro de Economía y destacó: "Damos hoy un nuevo paso en el camino del alivio fiscal para el sector agropecuario".
Lo que el oficialismo evitar decir es el impacto fiscal que tendrá la medida, que será de varios cientos de millones de dólares perdidos en recaudación. De enero a octubre de este año se exportaron, según el Indec, 16.156 millones de dólares en soja y derivados, una cifra que, pese a las fluctuaciones por las subas y bajas con las retenciones, es razonable pensar que al menos se mantendrá el año próximo.
Un cálculo rápido indica que la baja de algo más de un 8% (equivalente a dos puntos porcentuales) en las retenciones de la soja y de sus derivados implicará una pérdida de casi 400 millones de dólares solo en concepto de esta oleaginosa. A esa cifra habría que añadirle los conceptos en los demás granos y cereales, de impacto menor pero no marginal.
La cifra de varios cientos de millones de dólares en beneficios para el campo evidencia cuál es la prioridad de un Gobierno que se resiste en destinar una pérdida fiscal similar a otros sectores castigados como los jubilados, discapacitados, científicos o docentes.
La urgencia de dólares y el impacto marginal
Pese al carácter benéfico para el agro con el que Caputo presenta la medida, lo cierto es que el trasfondo es de suma urgencia frente a la necesidad de obtener dólares para pagar los vencimientos de unos 2.700 millones de dólares en bonos del 9 de enero próximo.
Se trata de otra medida más con la que el Gobierno intenta suplir la falta de acumulación de reservas genuinas incluso después de las elecciones, junto con el lanzamiento de un bono denominado y pagadero en dólares que el ministro de Economía anunció la semana pasada y que se licitará mañana.
"Las ventas de soja venían muy lentas, el precio está planchado en aproximadamente 1.500 pesos (por dólar). Teníamos ventas de 200.000 toneladas por día y bajó en noviembre y diciembre a 1000.000 toneladas por día. Esto no alcanza claramente para poder completar el programa de exportación, y la idea es que estos dos puntos menos (de alícuota) puedan empujar un poquito los precios y hacer que el productor venda, y la industria pueda completar la exportación de programa de enero, febrero y marzo, para extraer dólares legítimos a la economía argentina", lo explicó el experto en agro Javier Preciado Patiño, de RIA Consultores, quien también consideró que la medida busca ganarse el apoyo de los gobernadores de Córdoba y Santa Fe en plena discusión del Presupuesto 2026.
Sobre todo, el problema es que la liquidación por granos y cereales cayó en picada durante octubre y noviembre, ya que la eliminación temporal de las retenciones de septiembre, que duró solo tres días, vació el stock remanente para los últimos meses del año. CIARA especificó que, en octubre pasado, las cerealeras exportaron un 56% menos que en el mismo mes de 2024, así como un 84% menos que en septiembre, mientras que en noviembre la liquidación fue de un 32% menos que en octubre.
Sin embargo, los actores del campo, pese a que festejan, admiten que el impacto de la medida en la liquidación será marginal. "Indudablemente es una excelente noticia por lo inesperado, pero no va a influir en la liquidación porque es es poco" el porcentaje de baja en la alícuota, advirtió a José Luis Volando, vicepresidente de la Federación Agraria (FAA).
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"La época de cosecha gruesa ya pasó. Ahora se está levantando el trigo, que sí va a aprovechar la mejora, pero no tiene grandes valores y no va a mover tanto la balanza de entrada de dólares", agregó Volando en diálogo con El Destape. Un importante referente de las cerealeras coincidió en que "aunque la medida vaya en el camino correcto, probablemente no tengamos grandes variaciones en el ritmo de venta de parte de los productores para la exportación".
Otra cuestión es que esta baja de retenciones se produce en plena negociación del acuerdo comercial con Estados Unidos, luego de que Washington rechazara públicamente la eliminación de los derechos de exportación de septiembre pasado, que perjudica a los productores rurales norteamericanos.
Para Preciado Patiño, en verdad lo que el gobierno de Trump pidió "es que no haya más dólar soja, esto de bajarlo por unos días y después volverlo a subir", pero "no habla de bajar la alícuota en forma permanente, eso es otra cosa. De hecho, cuando la bajaron del 30% al 26% Estados Unidos no pataleó".
