El vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Javier Rotondo, criticó este domingo con dureza las fugaces retenciones cero de la última semana, que fue definida por él como una maniobra “financiera” que frustró y "defraudó" al sector agropecuario, mientras que afirmó que fue directamente negociada con las cerealeras.
Rotondo recordó que la medida se había presentado como vigente hasta el 31 de octubre, aunque en los hechos solo duró tres días, ya que en ese plazo se liquidaron los 7.000 millones de dólares establecidos como tope por el Poder Ejecutivo.
De este modo, las únicas beneficiadas fueron las cerealeras, ya que liquidaron este cupo con su stock remanente, por lo que no necesitaron comprarle a los productores los granos al mayor precio dado por las retenciones cero.
La queja de los productores rurales contra el gobierno de Milei por las fugaces retenciones cero
“Esto está claro que fue una medida de corte financiero para tapar un incendio, el viernes negro que estábamos teniendo y la tensión cambiaria de raíz política que tiene Argentina. A nuestro juicio, tenemos gran duda, pero no tenemos certezas, pero me parece que claro que era una negociada con un sector de la exportación para captar esos dólares”, afirmó Rotondo en diálogo con Radio Rivadavia.
Al referirse al impacto en el campo, Rotondo advirtió que “el productor se sintió defraudado. Eso es. Y hay que hacer lo que están las letras, construir confianza en base para adelante… Medidas temporales así que tienen el velo de buscar lo que realmente obtuvieron, récord, que fue para tapar un incendio. No van a sentir producción.”
El dirigente calificó la decisión del Gobierno como “torpe”, al considerar que quedó en evidencia que no respondía a una lógica productiva sino a una maniobra financiera de corto plazo.
“Fue burla en 72 horas lograr que haya más de 14 millones de toneladas en el curador,” afirmó Rotondo lo que para él reflejó el carácter especulativo de la medida y la exclusión de otros cultivos.
Finalmente, Rotondo reconoció que este tipo de acciones generó una “ruptura en la confianza” del campo hacia el Gobierno, y exigió que las futuras medidas sean de “corte productivo, de no corte coyuntural” para reconstruir la credibilidad.