Pese a que el presidente, Javier Milei, afirmó esta semana que es mentira que sean cada vez más los argentinos que no llegan a fin de mes, el escenario de retracción del consumo masivo llevó a los grandes supermercados a rechazar las listas con hasta un 9% de aumento que los proveedores de alimentos, limpieza e higiene les habían enviado esta semana tras la fuerte suba del dólar.
La divisa estadounidense subió un 5% sólo en la última semana de julio y aproximadamente un 14% en todo el mes. En este contexto, las grandes empresas de consumo masivo aprovecharon el inicio de agosto para remarcar precios.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Fuentes de los grandes supermercados habían confirmado a El Destape la semana pasada que estas subas eran de entre un 4% y un 9% dependiendo del producto, y apuntaron especialmente a cuatro marcas de alimentos, limpieza a higiene: Mondelez, Unilever, Colgate y Mastellone. Además, señalaron que los aumentos abarcarían no solo a los hipermercados de alcance nacional sino también a los locales medianos y a los de alcance regional. Es decir, serían generalizados.
Esto dejaba al Gobierno frente a la posibilidad de una escalada inflacionaria justo en la previa de las elecciones de septiembre y octubre, ya que todo indicaría que la suba de precios de julio superó a la de junio para acercarse al 1,9%, según las consultoras. Por lo tanto, dado que la suba del dólar fue más fuerte hacia el final del mes, el traslado a precios recién impactaría en el IPC de agosto, que estaría así por encima del 2%.
Ante ese panorama, el propio Presidente compartió el sábado el tuit de un economista que aseguraba que los grandes supermercados "ya están rechazando los aumentos", junto al cual afirmó: "MENGER SALE A LA CANCHA". Se refería así a la famosa Ley de Menger, ya habitué en su discurso, que considera que los precios no se fijan por el trabajo incorporado en la producción de ese bien o servicio sino meramente por su "valor subjetivo". O sea, dijo que, pese a la suba del dólar, no había ninguna razón objetiva para aumentos en las góndolas.
Lo curioso es que Milei hizo su afirmación en pleno feriado y apenas 24 horas después de que las grandes cadenas inicialmente confirmasen los aumentos enviados por los proveedores. ¿Información o presión pública de parte de un Gobierno que no puede admitir ideológicamente un control formal de precios?
El rechazo de los aumentos en los supermercados
En verdad, fue recién en las últimas 24 horas que las grandes cadenas de supermercados dieron un giro y comenzaron a decirle "no" a las subas enviadas el 1º de agosto. Fuentes del supermercadismo confirmaron a El Destape que las grandes cadenas rechazaron los aumentos de hasta el 9% en los rubros de alimentos, limpieza e higiene.
Particularmente, aseguraron que no aceptaron las listas con remarcaciones de entre un 7% y 8% en productos de Unilever, de un 9% en productos de Mondelez, de un 6,5% en productos de Colgate 6,5%, de un 5% en todas las marcas de aceite, de un 7% en productos de SC Johnson, de un 7% en productos de Papelera del Plata, de entre un 3% y un 5% en productos de Arcor, de un 4% en productos de Mastellone (La Serenísima) y de un 3,5% en productos de Danone.
Lo que surtió efecto no fue solo el tuit de Milei sino, antes, el contexto de fuerte retracción de ventas que los grandes supermercados afrontan desde el año pasado. En el primer semestre de 2025, el consumo en las grandes superficies acumula una baja del 5,6% interanual, cifra que se profundizó en junio pasado con una baja del 6,4% respecto al mismo mes de 2024, según la consultora Scentia.
Básicamente, frente a la caída del consumo, que en junio también alcanzó a comercios de barrio y al comercio electrónico, las grandes cadenas saben que no tienen más margen para aumentar precios y que, si lo hacen, se enfrentan a una baja en las ventas todavía mayor, profundizando su crisis.
Vale aclarar que la situación de agosto es diferente a la del rechazo de aumentos que los grandes supermercados habían efectuado en mayo. En aquel momento, las grandes empresas proveedoras se habían anticipado a un fuerte aumento del dólar por la salida del cepo que finalmente no fue tal, ya que la divisa estadounidense se estabilizó rápidamente en los 1.200 pesos, quitando argumentos para el incremento de precios.
Ahora, en cambio, la suba del dólar fue real y palpable, con la moneda norteamericana ubicándose a solo un 6% de la banda cambiaria superior. Si los precios no suben, no es porque el pass through no esté justificado.
Lo que no cambió en estos tres meses fue el accionar oficial. Aquella vez, no fue un tuit presidencial pero sí una reunión de Luis Caputo con los representantes de los grandes supermercados (el 6 de mayo) la que terminó marcando la pauta de las cadenas. Cuando la inflación acecha, el manual liberal empieza a ser cada vez más difícil de encontrar.