Se desacelera el consumo de lácteos y no recupera los niveles pre Milei

El consumo de lácteos aún no se recupera. Las ventas de leche muestran un rebote débil y desigual. Fuerte caída en las compras de productos de mayor valor agregado.

03 de diciembre, 2025 | 09.36

El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) advirtió que, pese a una mejora parcial en 2025, las ventas de lácteos siguen muy por debajo de los niveles previos a la llegada de Javier Milei a la presidencia: entre enero y octubre de 2024 habían caído 11,3 puntos, y este año solo recuperaron 6,1 puntos. Incluso en quesos, donde se igualó el volumen de ventas de 2023, se necesitó más leche para producir lo mismo, generando menor elaboración y mayores stocks en plena caída del consumo de leche y lácteos.

El ente publicó su análisis más reciente sobre la evolución del consumo de lácteos y el panorama volvió a mostrar un escenario delicado. Si bien en octubre las ventas repuntaron respecto del mes anterior, el recorrido de fondo revela una brecha que el sector aún no puede cerrar: la caída de 11,3 puntos registrada entre enero y octubre de 2024 fue tan fuerte que la recuperación de 6,1 puntos en 2025 no alcanza ni de cerca para volver a los niveles de 2023.

Detrás de esta recomposición parcial hay señales de un mercado debilitado por el deterioro del poder adquisitivo de los consumidores, que inclusos sostienen las compras a través de segundas o terceras marcas. El patrón indica un ajuste de las compras hacia productos básicos y de menor precio, mientras que los lácteos con valor agregado continúan perdiendo participación.

Uno de los puntos más llamativos del informe es el comportamiento del segmento de quesos, el rubro que absorbe más del 50% de la leche producida en el país. El OCLA afirmó que las ventas igualaron el volumen de 2023, pero ese dato tiene una contracara: para llegar a ese nivel se necesitó más leche, lo cual indica una menor eficiencia productiva y una demanda interna menos dinámica.

La consecuencia directa es la acumulación de stocks crecientes, ya que la elaboración se redujo y las ventas no aumentaron al ritmo necesario para absorber el mayor uso de leche. En términos más simples: el mercado interno compra lo justo y necesario, sin mostrar señales claras de expansión.

Un rebote que pierde impulso

El informe remarcó que en los últimos meses se registró una desaceleración en la recomposición del consumo. Aunque entre enero y octubre de 2025 hubo un crecimiento de 6,8% en volumen de productos y 7,8% en litros de leche equivalentes, esta mejora es insuficiente cuando se la contrasta con la caída previa de 2024, que dejó a la industria más de diez puntos por debajo. "En los últimos dos meses, se ha notado una desaceleración en el consumo, con menos demanda de productos de valor agregado, mientras que el consumo de commodities se ha mantenido gracias a mayores ofertas y promociones, lo que ha impactado en los márgenes de ventas", advirtió el OCLA.

Migración hacia productos más baratos

El comportamiento del consumidor también sigue cambiando. La demanda de leche fluida continúa debilitándose, al igual que la de yogures, flanes y lácteos saborizados. La primarización del consumo es evidente: las familias eligen segundas y terceras marcas, quesos al peso y leches no refrigeradas, opciones que ofrecen precios más accesibles pero menor valor agregado para la cadena. Este fenómeno impacta directamente en la rentabilidad del sector. Incluso cuando el volumen se recupera, el mix de ventas es menos favorable, reduciendo el valor en dólares del mercado interno frente a otros países.

Un consumo que todavía no encuentra piso

Según el Balance Lácteo, en los últimos meses se nota un incremento del poder adquisitivo del mismo medido en litros de leche equivalentes, pero los incrementos de gas, energía eléctrica, agua, transporte, salud y educación absorben mayor proporción del ingreso y reducen el poder de compra de alimentos y bebidas.

El documento enfatizó que la tendencia de largo plazo muestra una baja persistente en las ventas y una pérdida estructural en la capacidad de recuperación del sector. Mientras los ingresos reales sigan deprimidos, el consumo de lácteos -especialmente los de mayor valor agregado- seguirá lejos de recomponer los niveles de 2023.