Uno de cada cuatro hogares pidió préstamos en el primer semestre y más del 50% compra en cuotas o pide fiado

En el primer semestre, el 50,9% de los hogares compró en cuotas o al fiado con tarjeta de crédito o libreta. El crédito y la financiación se convirtieron en pilares del ingreso familiar, especialmente entre los sectores medios y bajos.

11 de noviembre, 2025 | 18.42

En tiempos de crisis económica, el Indec reveló que el endeudamiento de los hogares argentinos se duplicó en las últimas dos décadas, con un fuerte incremento durante la era Milei. El informe sobre estrategias de manutención muestra que, ante la pérdida de poder adquisitivo, las familias recurren cada vez más al crédito, las tarjetas y los ahorros para sostener sus ingresos. En 2025, uno de cada cuatro hogares pidió préstamos y más del 50% compra en cuotas o al fiado.

El dosier estadístico del organismo estadístico a cargo de Marco Lavagna sobre las estrategias de manutención de los hogares argentinos refleja un cambio profundo en la forma en que las familias organizan su economía. En el primer semestre de 2025, el 50,9% de los hogares compró en cuotas o al fiado con tarjeta de crédito o libreta, frente al 22% que lo hacía en 2003. En paralelo, el porcentaje de familias que pidió préstamos a bancos o financieras subió del 3,4% al 14,2% en el mismo período.

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La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) introdujo, hace más de dos décadas, la indagación sobre las diversas estrategias de obtención de recursos que utilizan los hogares para su manutención, es decir, para la satisfacción de sus necesidades. Además de los ingresos monetarios provenientes del trabajo, los hogares perciben ingresos no laborales, como jubilaciones y pensiones, planes sociales y alquileres. Tanto los ingresos laborales como los no laborales se incluyen dentro del Ingreso Total Familiar. El informe confirma una tendencia clara: el crédito y la financiación se convirtieron en pilares del ingreso familiar, especialmente entre los sectores medios y bajos.

Los hogares se endeudan más y usan sus ahorros para sobrevivir

En un contexto de inflación persistente y pérdida de poder adquisitivo, cuatro de cada diez hogares debieron usar ahorros o vender pertenencias en 2025, el nivel más alto en veinte años. En 2003, sólo el 19,9% de los hogares recurría a los ahorros; hoy esa cifra llega al 37,4%. Además, uno de cada cuatro hogares tomó préstamos, y en los estratos más bajos, el endeudamiento alcanzó a uno de cada tres.

El crédito informal domina en los sectores de menores ingresos

El estudio detalla que los hogares de menores recursos son los que más dependen de préstamos informales, sobre todo de familiares o amigos, mientras que los de ingresos altos se endeudan con entidades bancarias o financieras.
Entre los hogares del estrato bajo, el 22,5% tomó préstamos de personas cercanas, frente al 8,3% del estrato alto.

Esta brecha refleja la desigualdad en el acceso al sistema financiero formal y la necesidad de recurrir a redes de apoyo personales.

Las tarjetas y las cuotas, un hábito instalado

El uso de tarjetas de crédito y el pago en cuotas ya no son prácticas excepcionales. Desde 2016, la proporción de hogares que financian sus gastos ronda el 50%, con picos del 57% en 2024. Actualmente se observa un nuevo crecimiento de esta estrategia, con niveles similares a los de 2019. 

El Indec destacó que esta estrategia es más común en los sectores medios y altos, aunque también se consolidó entre los hogares de menores ingresos. Durante la pandemia, el porcentaje bajó temporalmente, pero se recuperó con fuerza en los años posteriores.

Cambios estructurales en la economía del hogar

En 2003, la mayoría de los hogares dependía del trabajo remunerado (78,3%) y en menor medida de jubilaciones o subsidios. Para 2025, aunque el trabajo sigue siendo la principal fuente de ingresos (82%), el peso de los planes sociales y ayudas económicas se triplicó: del 4,5% al 14,6%.

Esto indica que, junto con el crédito y los ahorros, las transferencias estatales funcionan como un tercer sostén de la economía doméstica. El resultado es un sistema de supervivencia híbrido, donde trabajo, asistencia y endeudamiento se entrelazan para sostener la vida cotidiana.

Más dependencia del crédito, menos ahorro

El porcentaje de hogares que utilizó ahorros tuvo un incremento entre 2018 y 2020, cuando alcanzó un valor cercano al 35%. A partir de entonces se mantuvo relativamente estable, hasta el primer semestre de 2024, cuando volvió a registrar una suba y llegó al valor máximo de la serie (40,1%).

El uso intensivo de crédito y la venta de pertenencias evidencian un cambio de paradigma: las familias ya no ahorran para el futuro, sino que usan el crédito como extensión del salario. El Indec advirtió que estas estrategias, si bien alivian el consumo inmediato, aumentan la vulnerabilidad financiera de los hogares frente a crisis futuras.