El Banco Central recibió este lunes el desembolso de 2.000 millones de dólares del Fondo Monetario, como parte del nuevo acuerdo que alcanzó con el gobierno de Javier Milei y sin haber pasado con éxito la auditoría de las últimas semanas. El stock de reservas se ubicó así en 43.023 millones de dólares.
Luego de una semana de fuertes tensiones cambiarias, donde el BCRA no estuvo dando señales muy claras de cuál es su objetivo pero permitió un esquema de dólar más alto y tasas más altas, como resultado de las conversaciones con el FMI, el organismo multilateral transfirió los fondos al país.
De todas maneras, los activos internacionales caerán en estos días, debido a que el Tesoro deberá abonar unos 824 millones de dólares en concepto de intereses y comisiones al organismo multilateral.
La intervención en el mercado de futuros y la suba de tasas de la semana intentaron apaciguar la virulencia de la suba del dólar. "La suba de encajes bancarios, dispuesta en tres tandas de comunicaciones del BCRA (lo que indica correcciones sobre la marcha), pretende (como lo ha hecho siempre) repartir el costo de la suba de tasas al sector privado, dado que obliga a los bancos a retener liquidez sin remuneración", señala un informe de lcg.
"Para las próximas semanas, creemos que no hay motivos para que el dólar baje, y que el pulso de la suba lo irá dictaminando la evolución de las cuentas externas", anticipa el documento de la consultora.
De cara al futuro, el escenario se vuelve más desafiante. En su último informe técnico, el FMI ajustó de manera negativa sus previsiones sobre la cuenta corriente del país, que mide el ingreso y egreso de divisas por comercio, servicios e intereses de deuda. Es decir, cuántos dólares necesita la Argentina para sostener su relación con el mundo. Según esas estimaciones, el déficit de cuenta corriente este año será de 11.800 millones de dólares, equivalente al 1,7% del PBI. En abril, se proyectaba un rojo de apenas 2700 millones (0,4%).
Para 2026, el déficit alcanzaría los 10.300 millones de dólares (1,4% del PBI), frente a una proyección anterior de -2.000 millones de dólares (0,3%). Aunque las cifras llaman la atención por el cambio en tan poco tiempo, aún están lejos del desequilibrio de -30.000 millones de dólares registrado en 2017, durante la presidencia de Mauricio Macri.
Se suman los vencimientos de deuda. En condiciones normales, con un riesgo país inferior a los 400 puntos básicos, esas obligaciones podrían refinanciarse. Pero con un riesgo superior a los 700 puntos, como el actual, la Argentina tuvo que pagar este año 2400 millones de dólares por bonos reestructurados en 2020, Bonares y Globales, además de 1.000 millones de dólares por el Bopreal, el instrumento que permite a las empresas girar divisas al exterior. En total, el déficit de divisas para este año rondaría los 14.100 millones de dólares.