Las familias con problemas para afrontar el pago de sus deudas se profundizó en los últimos meses, elevando el dinero destinado al cumplimiento de los intereses, lo que se refleja en la cantidad de nuevos créditos otorgados. Con la enorme mochila financiera que acumularon en los últimos meses para completar los ingresos del hogar, las familias tuvieron en los últimos dos meses más egresos financieros por intereses de préstamos personales y de tarjetas que entradas por nuevos créditos. El peso del pago de interés pasó de representar el 5 por ciento del presupuesto familiar en mayo a superar el 8 por ciento en julio. Por la suba de tasas de interés para secar la plaza financiera, agosto arrojará un estado de situación todavía más preocupante.
La caída de los ingresos de los hogares, por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, explica la constante caída en el consumo: tres de cuatro pesos que componen el Estimador Mensual de la Actividad Económica se explica por la demanda agregada. Sin embargo, "el consumo está por encima de 2023 y los salarios simultáneamente por debajo", detalla el último informe del centro de Estudios Económicos del Banco Provincia.
La diferencia entre el consumo y los ingresos, donde los primeros no caen el ritmo del segundos --se suma a cantidad de trabajadores registrados también cayeron respecto de 2023 (-15 y -3 por ciento, respectivamente)--, se explica por la capacidad de financiamiento que tuvieron hasta mayo los hogares, lo que les permitió suplir la falta de recursos.
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De la bola de nieve al alud
Los ingresos por créditos a las familias alcanzaron un pico entre fines del año pasado y principios de este, desacelerando de manera significativa desde mayo. Los préstamos ahora hay que devolverlos: "la carga de intereses se incrementó de manera considerable en el último tiempo, pasando de representar casi un 50 por ciento del flujo de préstamos en el promedio de 2024 y un porcentaje similar entre enero y mayo a más del 100 por ciento en junio y julio", explica el documento del Bapro.
"En este sentido, resalta que los préstamos a familias treparon más de 60 por ciento real entre noviembre 2023 y julio de 2025. Como resultado, pasaron de representar poco más de 5 por ciento de los recursos totales de los hogares --medidos como masa salarial más transferencias del sector público-- a más de 8 por ciento", agrega el informe.
La pérdida del poder adquisitivo redujo el peso de los ingresos laborales, en un contexto donde el complemento de los ingresos financieros permitió sostener y hasta acelerar la demanda en algún caso. Este porcentaje superior al 100 por ciento ya se había verificado durante el gobierno de Javier Milei (en marzo del año pasado), pero nunca se mantuvo durante dos meses seguidos (junio y julio). Y se anticipa que agosto arrojará un ratio similar.
Con una mochila tan pesada sobre las espaldas de los hogares, el flujo de nuevos préstamos se vio resentida. Incluso, previo al “apretón monetario” del Gobierno para evitar una dolarización de ahorros todavía no se tradujo en suba de tasas para los préstamos a las familias, que oscilan en torno del 70 por ciento nominal anual (del 72,5 por ciento promedio de junio, del 69,5 por ciento en julio y del 72,5 por ciento agosto).
El pagadiós a la orden del día
La mayor carga de intereses, al compás de un aumento en el costo de vida por encima de la recomposición salarial, deriva en atrasos en los pagos de vencimientos. La cartera irregular vinculadas a las familias alcanzó un volumen global de 2,6 billones de pesos y más que se triplicó en pesos constantes respecto de lo que se registró en julio de 2024, cuando estaban con problemas de pago un monto global de 768.876 millones de pesos
La mayor parte de esa deuda está en los créditos personales, 1,1 billones de pesos, seguido por los impagos en tarjetas de crédito, por un monto de 901.122 millones de pesos. Hace un año, a pesos constante, es decir, neutralizando el efecto de la inflación, esos créditos impagos acumulaban 270.596 millones de pesos los personales y 236.742 millones los vinculados a las tarjetas de crédito.
Los incrementos en los incumplimientos de los créditos personales subió hasta 6,4 por ciento, mientras que la mora en el pago de la tarjetas de crédito se ubicó en 4,4 por ciento, según estadísticas que difundió el Banco Central. Se destaca que también empieza a resentirse cumplimiento de las líneas de crédito hipotecario actualizados por UVA, que tuvieron un nivel de irregularidad de 1 por ciento.
El crédito no es la única forma de complementar ingresos: también lo es buscar un empleo adicional (dicho rápidamente, un empleado que en sus horas antes libres ahora hace de chofer o de repartidor). En el primer trimestre de 2025, casi uno de cada diez trabajadores tuvieron más de un empleo: número que promedió en 2017-2019 (durante el macrismo) y 7,5 por ciento en 2021-2023 (el albertismo).