Crecen las operaciones de dólar futuro y presionan a la baja del precio

El BCRA estaría brindando cobertura a fondos foráneos y bancos privados que emiten Obligaciones Negociables en dólares. Otra cifra récord de operaciones en dólar futuro para acelerar el regreso del carry trade. Las ON se liquidan después en el exterior, dando salida a los fondos. 

08 de mayo, 2025 | 19.55

El mercado de dólar futuro volvió a registrar una fuerte baja este jueves, asociada a la intervención que estaría realizando el Banco Central, en una operación que busca dar cobertura a las entidades financieras que están colocando deuda en divisas que después son ofrecidas en forma de préstamos a empresas, con la intención de que vuelvan a armar el ciclo de carry trade que lleve el precio del dólar al piso de la banda de flotación.

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El volumen promedio diario de contratos futuros de dólar en Rofex fue de 1.230 millones desde principio de abril hasta el martes de esta semana, con un máximo de 2.000 millones y un mínimo de 400 millones, mientras que este miércoles saltó a 4.260 millones y este jueves otros 3.130 millones.

Las operaciones de dólar futuro permitieron también cerrar posiciones abiertas (contratos que venían de días previos e incluso intradiario) a un precio más barato del que se venía negociando, lo que generó ganancias extraordinarias.

Este volumen fuera de la lógica (solo puede ser respaldado según la apreciación del mercado por el BCRA) se concentró en mayo, junio (para presionar a la baja el valor spot del dólar) y diciembre (para los fondos internacionales que tienen la obligación de quedarse un mínimo de seis meses).

Con esta combinación de operaciones a futuro, el BCRA obtiene el doble beneficio de forzar la baja del precio del dólar en el mercado de cambios y garantizarse la liquidación de divisas de origen financiero (endeudamiento o ingreso de capitales foráneos).

La cobertura en el mercado de futuros genera que entidades financieras coloquen Obligaciones Negociables a bajo costo, como la que realizó el miércoles el Banco Galicia que colocó US$128.025.000 a 6 meses a tasa cero. 

La entidad recibió solo once ofertas y tomó diez, en lo que se sospechó de una operación acordada, pero además se estima que la entidad fue uno de los que compró futuros contra esa colocación.

En este caso, se suma la posibilidad de dar salida a fondos de empresas sin perder el acceso al mercado de cambio. La operación consiste en emitir una ON a más de 180 días, el límite que fijó el BCRA para poder cancelar una emisión de deuda contra dólar cable, es decir en el exterior.

El otro banco que colocó ON en estas condiciones fue el Comafi, que logró una tasa de 0,75% y fondos por US$27.740.000 en una colocación que hizo el 30 de abril con vencimiento el 27 de octubre (cumple con los 180 días) mientras que otra emitida el mismo día pero con vencimiento el 30 de julio pagó una tasa de 4,25% y captó US$36.324.981. Una emisión destinada a financiar la fuga de capitales y otra para captar inversores locales.

Las ON destinadas a la Formación de Activos Externos (FAE, el nombre técnico de la fuga de capitales) las compran las ALyC (Agencias de Liquidación y Compensación, las únicas autorizadas a operar en el mercado de capitales) con dólares propios y la revende a clientes que quieren fugar divisas sin perder el acceso al mercado, por lo que convalidan perder la tasa de ese plazo contra la entrega de los dólares en el exterior.

Después la ALyC tiene que recomponer su posición en dólares, lo que realiza comprando en el mercado financiero, el dólar MEP, lo que presiona en la brecha como se viene observando en las últimas jornadas.
Esta combinación de operaciones bajo la tutela del Banco Central permiten sobreofertar divisas en el mercado de cambios generadas por el proceso de endeudamiento de empresas mientras a la vez da salida a los fondos especulativos garantizando la disponibilidad de dólares a 180 días.

El BCRA a la cabeza de la Piramide Ponzi

Para que el negocio pueda ser viable, el mercado necesita una garantía de que el dólar oficial no se va a disparar o el compromiso de que si sucede, alguien asuma las pérdidas. No importa la viabilidad del tipo de cambio, si se percibe atrasado como muestran los modelos de simulación, sino la cobertura que se obtenga como garantía que neutralice las pérdidas.

Sería inviable para cualquier empresa pero aún más para una entidad financiera asumir este nivel de riesgo sin una cobertura y por el volumen que está teniendo el mercado de futuros y la capacidad de inducir una baja en las tasas, claramente tiene que ser un jugador estatal, por eso el mercado sospecha que se trata del BCRA.

Sin embargo, según los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la entidad monetaria sólo podría intervenir en caso de una alta volatilidad o el impacto de una crisis financiera internacional. "No se espera intervenir ni en el mercado de futuros ni en los mercados de divisas paralelos, a menos que surjan condiciones de mercado desordenadas", dice los términos del acuerdo.

Los dólares captados por los bancos con estas emisiones de deuda se vuelcan después al mercado de cambio, donde la sobreoferta ayuda a inducir una baja de precio al piso de la banda de flotación, donde el Gobierno dijo que solo ahí se dedicará a la acumulación de reservas.

Por ahora y pese a transitar el “trimestre de oro” como se denomina a los meses de mayor liquidación de las exportaciones de la cosecha gruesa, el dólar amaga con bajar de la zona media pero enseguida encuentra resistencia de los exportadores a liquidar y vuelve a subir. Ese movimiento está generando una alta volatilidad intradiaria que perjudica también las operaciones de carry trade.

Los dólares que se venden en el mercado están satisfaciendo en gran parte la demanda de dolarización de ahorros de un sector de la sociedad, que percibe insostenible este tipo de cambio.

Según estimaciones, desde el acuerdo con el FMI la dolarización alcanzó un volumen cercano a los US$2.000 millones y de ellos unos US$800 millones ya se fueron del sistema financiero.

Los que quedan en el sistema están reflejados en un incremento de los depósitos en dólares, que permite a las entidades reiniciar el ciclo de endeudamiento de las empresas vía préstamos financieros. 

El dólar que se prestó a una empresa se vende en el mercado y pasa a una cuenta de ahorrista, lo que habilita a la entidad a volver a prestarlo, en un esquema que es alentado desde el BCRA con modificaciones a las regulaciones, pero que no permite la acumulación de reservas.