La inyección de 5 billones de pesos que se vio obligado a realizar el Gobierno por el fracaso en la última licitación de deuda empezó este lunes a presionar sobre el valor de la divisa que volvió a subir al rango de los 1.500 pesos para el minorista y las versiones financieras MEP y CCL y quedó apenas a 1% del techo de la banda superior para el dólar mayorista.
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La nueva presión sobre la divisa obligó al Gobierno a postergar hasta fin de semana el pago al FMI por 850 millones de dólares, mientras se decide la estrategia financiera por la falta de divisas genuinas en poder del Tesoro, que mantenía un saldo de 80 millones de pesos al jueves pasado, último dato disponible.
Las fuentes de mercado no observaron compras del Tesoro ni el viernes pasado ni este lunes, por lo que las opciones se limitan a una compra directa al BCRA o activar el swap de monedas o hacer una compra directa al Tesoro de Estados Unidos, si se mantiene el salvataje que le permitió a la administración de Javier Milei llegar con el dólar calmado a las elecciones legislativas.
El problema del Tesoro es que tiene un saldo muy ajustado en la cuenta en pesos, de 9,8 billones de pesos al 30 de octubre (deberían caer hasta 4,8 billones el viernes cuando liquide la deuda no renovada) y esta semana enfrenta un vencimiento de deuda de 11 billones de pesos.
Es probable que el Tesoro espere a ver el resultado de la licitación que convocó este lunes y liquida el miércoles antes de avanzar con la operación de compra de divisa al BCRA o al Tesoro estadounidense.
Una mala licitación obligará a seguir emitiendo pesos para cubrir los vencimientos, lo que tiene un doble impacto inflacionario y de presión sobre el tipo de cambio, pero además agotaría las reservas del Tesoro y enviará al mercado la señal de que no podrá cubrir nuevos vencimientos, abriendo la posibilidad a un “reperfilamiento” forzado de la deuda en pesos.
El clima financiero favorable que siguió al triunfo del oficialismo libertario en las elecciones legislativas, con una recuperación del valor de los activos financieros, bonos de la deuda pública y acciones de empresas privadas de hasta 50%, empezó a agotarse este lunes a partir de una mala lectura que hizo el mercado de los cambios que dispuso el presidente Milei en el Gabinete.
La intempestiva renuncia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el más sorpresivo reemplazante, Manuel Adorni, fueron muy mal procesados por los analistas económicos que esperaban ver señales de apertura del gabinete de Milei a las fuerzas opositoras afines, especialmente al PRO de Mauricio Macri.
El anuncio del ingreso de diputado Diego Santilli, antiguo militante del PRO pero que pegó el salto a La Libertad Avanza sin un acuerdo de partidos, mejoró la visión del mercado pero no alcanzó a revertir totalmente las señales de aislacionismo de Milei que tanto preocupan a los mercados y a Washington.
La incertidumbre que prevalece se reflejó en la suba del dólar oficial a 1.482 pesos hasta casi tocar el techo de la banda y de los financieros a 1.500 pesos el MEP y 1.521 pesos el CCL, mientras bonos y acciones cerraron mixtos.
La intención del equipo económico del ministro Luis Caputto y su amigo y socio en la actividad privada, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, es retornar a un ciclo de endeudamiento de las empresas en divisas en el sistema financiero que luego vendan en el mercado oficial, como puente primero hasta la liquidación de la cosecha fina en diciembre y después hasta el ingreso de la cosecha gruesa a partir de marzo.
Por ahora, la ecuación de tasas en dólares y pesos no es la más conveniente y se reflejó en la cancelación de préstamos en divisas y al 30 de octubre, último dato disponible, los depósitos del sector privado subieron 90 millones en el día y 1.162 millones en el mes. También los plazos fijos en divisas subieron 44 millones en el día y 351 millones en el mes, que es la base para la expansión del crédito en dólares.
Pero los préstamos venían cayendo 20 millones ese jueves y 399 millones en el acumulado del mes, y ahí es donde el equipo de Caputo apuesta a lograr una reactivación este mes para que abastezcan de dólares al mercado de cambios y poder empezar a cumplir la obligación de acumular reservas.
En el mercado se observa como una opción el carry trade sin cobertura, es decir vender dólares y esperar en pesos confiando en que el Gobierno cumplirá con la promesa de defender el techo de la banda.
Pero también, los que apuestan a una mayor devaluación, creen que se puede obtener una alta rentabilidad con el carry con cobertura de dólar futuro, lo que permitiría sumar a la ganancia en pesos por la tasa de interés una ganancia extra si la devaluación es mayor a la esperada por el mercado.
El volumen operado este lunes en el mercado de futuros fue de 732 millones de contratos, que se concentraron en noviembre (536 millones), octubre (277 millones), diciembre (99 millones) y los precios de cierre fueron todos en alza, con la excepción de diciembre.
Por ahora, el Tesoro está postergando todo lo posible el pago al FMI, esperando el resultado de la licitación en pesos o negociando un nuevo salvataje de Estados Unidos, que podría llegar como un préstamos de 650 millones de DEG para aplicar a la cancelación de los intereses.
