A pesar de las recientes reformas laborales impulsadas por el gobierno de Javier Milei, el esquema tradicional de indemnización por despido sin causa sigue vigente para quienes no se encuentren comprendidos en el nuevo régimen optativo. En julio de 2025, el cálculo indemnizatorio continúa tomando como base un sueldo bruto por cada año trabajado, considerando la mejor remuneración mensual de los últimos doce meses.
Cómo se calcula la indemnización tradicional por despido
La fórmula contempla:
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Antigüedad: se computa un año completo por cada año trabajado. Si la fracción excede los tres meses, se redondea al año siguiente.
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Base salarial: se considera el sueldo bruto más beneficios habituales (comisiones, bonos, horas extra, SAC, viáticos).
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Tope legal: el sueldo no puede superar el triple del promedio salarial del convenio colectivo correspondiente.
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Fallo Vizzoti: evita que el tope reduzca la indemnización en más de un 33%.
Ejemplo concreto
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Antigüedad: 5 años y 4 meses → se computan 6 años.
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Sueldo bruto: $200.000.
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Tope legal (3 × $60.000 promedio de convenio): $180.000.
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Indemnización sin tope: $1.200.000.
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Indemnización con tope: $1.080.000.
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Aplicación de fallo Vizzoti, cuya indemnización mínima va a ser de $804.000
Se paga el mayor entre el tope y el mínimo ajustado: $1.080.000
A esto se le sumarán tres conceptos obligatorios como el preaviso no otorgado, integración del mes de despido y proporcional de sueldo, aguinaldo y vacaciones no gozadas.
El nuevo sistema: de qué se trata el fondo de Cese Laboral
La Ley Bases, sancionada en julio de 2024, introdujo una profunda transformación en el régimen de indemnizaciones laborales al habilitar la creación de los llamados “Productos de Inversión Colectiva de Cese Laboral”. Esta herramienta, de adhesión voluntaria y aplicable a través de los convenios colectivos de trabajo, permite sustituir la indemnización tradicional por un fondo constituido con aportes mensuales, que se acumulan a lo largo de la relación laboral.
El nuevo esquema puede canalizarse a través de Fondos Comunes de Inversión (FCI) o Fideicomisos Financieros (FF), y está diseñado para garantizar cobertura al trabajador en caso de despido, sin necesidad de un cálculo posterior.
Cómo funciona el fondo
El monto del aporte lo establecen las partes intervinientes en cada convenio colectivo —sindicatos y empleadores—, y puede fijarse como un porcentaje del salario o como un monto fijo, con libertad total de negociación, ya que no hay un tope legal impuesto. La periodicidad también es flexible, aunque en la práctica suele ser mensual.
Una de las características destacadas del nuevo fondo es que es inembargable y de uso exclusivo ante la finalización del vínculo laboral. Además, cuenta con la supervisión de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y de la Superintendencia de Servicios de Salud, que controlan la transparencia del sistema y la trazabilidad de los aportes.
¿Qué sistema se aplica a cada trabajador?
El nuevo régimen no es obligatorio: solo rige si fue adoptado por el convenio colectivo de trabajo del sector. Donde no se haya implementado, sigue vigente la indemnización tradicional.
La gran incógnita que se abre es cómo impactará este nuevo esquema en el poder de negociación de los trabajadores, dado que deja en manos de cada gremio y patronal el monto y las condiciones de protección ante un despido.
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