Duro pronóstico el FMI: menos crecimiento y menos dólares para Argentina en 2025

El organismo de crédito empeoró las estimaciones económicas para el crecimiento económico y para la inflación. 

14 de octubre, 2025 | 10.37

Tras un último trimestre de crisis del gobierno de Javier Milei, el Fondo Monetario Internacional (FMI) empeoró este martes todas sus estimaciones para Argentina en 2025, al considerar que el país tendrá un menor crecimiento, una mayor inflación, más desempleo y más faltante de dólares que lo que esperaba meses atrás.

Así lo determinó el organismo de crédito en su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales (World Economic Outlook), que contiene las estimaciones para todos los países del mundo y se actualiza cuatro veces al año.

En el caso de Argentina, el FMI espera ahora que el PBI crezca un 4,5% en 2025 y un 4% en 2026. Esto supone un empeoramiento del indicador, ya que su informe de julio pasado esperaba que el PBI creciera un 5,5% en 2025 y un 4,5% en 2026. O sea, en solo un trimestre el organismo redujo en 1 punto su previsión de crecimiento de la economía para este año.

Al mismo tiempo, ahora el Fondo considera que Argentina tendrá en 2025 una inflación punta a punta del 28%. La cifra es también peor que la previa, ya que en abril el organismo estimaba que la inflación de Argentina sería del 20% para este año, 8 puntos menos.

Todavía más preocupante es la actualización del balance de la cuenta corriente. En abril pasado, el FMI esperaba que este indicador fuera de -0,4% del PBI en 2025, es decir, ya consideraba que las importaciones serían mayores que las exportaciones, en el marco de un dólar atrasado. Sin embargo, el pronóstico empeoró fuertemente con el informe de hoy, ya que ahora el organismo prevé que la cuenta corriente sea deficitaria en un 1,2% para este año, o sea, tres veces más negativa que hace seis meses.

El Fondo también espera que el desempleo sea mayor en 2025 que lo que esperaba seis meses atrás, ya que en su informe de hoy lo proyectó en 7,5% para este año y 6,6% para 2026, mientras que en abril estimaba que este indicador sería de solo el 6,3% para este año y 6% para el próximo.

La crisis del último trimestre

Estos indicadores no son otra cosa que el síntoma de la crisis que eclosionó en el gobierno de Javier Milei en el último trimestre. La ralentización del crecimiento de Argentina en 2025 coincide con lo esperado por las consultoras y bancos locales para el tercer trimestre del año.

En este sentido, el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central anticipa una caída del PBI del 0,6% entre julio y septiembre. El pronóstico total es todavía peor que el del FMI, ya que proyecta un crecimiento del PBI del 3,9% para 2025 (0,6 puntos más bajo que el del organismo de crédito).

De hecho, el crecimiento de Argentina en 2025 es básicamente producto del "efecto de arrastre" estadístico respecto a 2024. Es, simplemente, consecuencia de que el promedio del año pasado (por la estrepitosa caída del primer semestre) terminará siendo menor al promedio del año actual, aun cuando dentro de este año el crecimiento sea escaso o nulo.

Aun más, la previsión de caída del PBI para el tercer trimestre, junto con la leve baja de la mayor parte del segundo trimestre, dejaron a Argentina al borde de la recesión formal, que si no ocurre será simplemente por una cuestión de calendario y no por una recuperación real de la actividad.

En paralelo, entre abril y octubre la inflación se amesetó apenas por debajo del 2%, alejándose de la intención oficial de que siguiera cayendo hacia el orden del 1% mensual, una meta que antes Milei tomaba como condición para salir del cepo. Lo curioso es que pese a que el FMI espera más suba de precios para este año, anticipa una menor inflación para el 2026, del 10% versus el 12% que estimaba en abril. 

Con esa cifra, el FMI se alinea con la proyección oficial plasmada en el Presupuesto 2026 enviado por el Ministerio de Economía al Congreso, pero se aleja de las estimaciones privadas, que en el REM consideraron una suba de precios del 19% para el año próximo.

Al mismo tiempo, la profundización del deterioro del balance de la cuenta corriente muestra que el tipo de cambio no se hizo significativamente más competitivo en el último trimestre, pese a la volatilidad del dólar. Según el BCRA, la competitividad del peso alcanzó un máximo a mediados de septiembre, pero ahora, tras la intervención del Tesoro de Estados Unidos, se encuentra al mismo nivel que a inicios de julio pasado. Como sea, se trata de indicadores que anticipan que la continuidad del crecimiento que espera el Gobierno para 2026 resultará difícil.