Argentina es el segundo reservorio de gas, pero a la población no le llega el servicio

Esa falta de inversión obliga a importar combustibles al triple del valor local y pagarlos en dólares, en un contexto permanente de falta de divisas.

03 de julio, 2025 | 13.28

Mientras Argentina posee la segunda reserva mundial de gas no convencional, ubicada en la formación Vaca Muerta, las principales ciudades del país se sumen en crudo invierno por falta de las inversiones necesarias para la explotación y distribución del combustible. Cuando asumió el gobierno de Javier Milei se anunció la paralización total de la obra pública, la cual incluía la infraestructura clave para distribuir el gas. El desacople entre la producción hidrocarburífera en niveles récord y la falta de infraestructura se potenció en el último año. Esa falta de inversión obliga a importar combustibles al triple del valor local y pagarlos en dólares, en un contexto permanente de falta de divisas.

Una serie de decisiones del gobierno de Javier Milei demoraron dos obras estratégicas en el área energética, como son las dos plantas compresoras en Tratayén y Salliqueló del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK), que duplican la capacidad de transporte del ducto, y la reversión del Gasoducto Norte (GN) para abastecer las regiones del centro y norte del país con producción de gas de Vaca Muerta.

Caprichos caros

Tal como informó El Destape, en ambas obras la idea era reemplazar importación de energía con producción local de gas. El total de inversión que requerían era de alrededor de u$s 1.020 millones (u$s 740 millones de la reversión y u$s 280 millones de las plantas compresoras). Con el encarecimiento en dólares del país en los últimos seis meses, estas obras demandarán ahora varios millones más. Las importaciones de energía que necesitó el país por no tener listas las obras de los gasoductos sumó el año pasado u$s 3.200 millones.

Mucho se habla de la importancia estratégica para la economía argentina de la construcción de gasoductos, sin embargo, cuando asumió el gobierno, Javier Milei anunció la paralización total de la obra pública, una de ellas la finalización de las plantas compresoras para duplicar la capacidad del primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, la segunda etapa de la traza para llegar hasta la localidad San Jerónimo en Santa Fe, y la reversión del gasoducto Norte.

Hasta el 2023 Argentina cubría el abastecimiento de la región norte con importaciones de gas desde Bolivia, pero hoy cumplen apenas con la sexta parte, ya que prioriza vender su gas a Brasil. El proyecto sobre el gasoducto Norte incluye tres obras: la construcción del tendido de 123 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota, la ampliación de 62 kilómetros del Gasoducto Norte y la reversión del sentido de inyección de gas en las plantas compresoras de Ferreyra y Deán Funes, Lavalle en Santiago del Estero y Lumbreras en Salta.

Las plantas compresoras tenían un avance del 80% al finalizar la gestión de Sergio Massa, una obra que permitiría duplicar la capacidad de transporte del gasoducto. Esas obras le costaban al Estado unos 50 millones de dólares y al no completarlas, el gobierno deberá desembolsar más de 500 millones de dólares en importar gas licuado.

Además de las obras, el gobierno de La Libertad Avanza también tuvo problemas de coordinación y previsión para planificar el abastecimiento de gas del país. Reaccionó tarde con la compra de cargamentos de GNL y combustibles líquidos ante la llegada de la ola de frío, pero durante 2024 -ante la obviedad de no llegar con las obras de los gasoductos- “el gobierno se negó a volver a traer el país el buque regasificador de Bahía Blanca”, explicaron las mismas fuentes. La Argentina tiene terminales de GNL en Escobar, actualmente operativa, y otra en Bahía Blanca.

El Gobierno finalmente anunció que la construcción del segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner (GNK) mediante financiamiento privado y que toda la operativa se realizará bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), uno de los puntos claves de la Ley Bases que aún debe ser aprobado por Diputados.

La obra es clave para abastecer con gas natural de Vaca Muerta al litoral argentino y abre la posibilidad de exportación hacia el sur de Brasil. Los productores de gas de la cuenca Neuquina ven con bueno ojos la demanda que pueden encontrar en las industrias brasileñas con el ducto terminado.