El presidente Javier Milei culpó ahora a dos entidades bancarias que no identificó de la crisis generada en el mercado que aceleró la dolarización de los ahorros, uno de los negocios más rentable del sistema financiero en el que ahora se metieron de lleno las fintech, facilitando la operatoria aunque sin poner los billetes a disposición del público.
Milei confirmó que él mismo estuvo detrás de la decisión de eliminar las Letras Fiscales de Liquidez, el origen del descalabro en el mercado, pero en lugar de asumir la mala praxis dijo que hubo “dos bancos involucrados en la corrida” a los que “no les importa un carajo (sic) hacer volar la economía por los aires con tal de llegar al poder”.
“Ese es el nivel de perversión que tienen. Están dispuestos a romperle el culo (sic) a los argentinos y hacerlos mierda (sic) con tal de ellos tener el poder”, dijo en declaraciones a radio Mitre. La ofensiva del presidente contra los bancos tradicionales llegó justo el día que la principal fintech, Mercado Pago, habilitó la posibilidad de operar con dólar oficial en su aplicación sumándose a las transacciones del mercado cambiario que dominan tradicionalmente los bancos.
La fintech ofrece la posibilidad de comprar dólares a través de la aplicación o acreditarlos a través de transferencias, pero no da la opción de retirar los billetes lo que obliga a sus clientes a tener también habilitada una cuenta bancaria tradicional en dólares, para poder transferirse los fondos y retirarlos por ventanilla. La billetera virtual permite la adquisición directamente desde la aplicación en un horario extendido (de 4 a 20 hs en días hábiles), contando con acreditación inmediata y la posibilidad de ingresar dólares desde cuentas, propias o de terceros, para generar rendimientos.
En este sentido, la fintech aclaró que “los dólares, ya sea comprados a través de la plataforma o transferidos desde otras cuentas, se invierten en un Fondo Común de Inversión (FCI) que ofrece un rendimiento diario y libre disponibilidad”.
El negocio de dolarizar ahorros es el más lucrativo del sistema financiero, por el que pelean los bancos tradicionales (que recién este año pudieron volver a vender, cuando se levantó el cepo a los ahorristas minoristas) que venden el dólar oficial y las ALyC (Agente de Liquidación y Compensación) que venden el dólar financiero o MEP. Puede alcanzar entre todos los mercados volúmenes de 500 millones o 600 millones de dólares diarios cuando se potencia por la expectativa de devaluación, lo que a un promedio de 1,5% de comisión por la operación deja una renta de 11 mil millones de pesos diarios.
En junio, antes de la corrida generada por la decisión oficial, se vendieron en el sistema bancario 4.051 millones de dólares y en julio se estima que esa cifra se disparó, tanto por el efecto del cobro del aguinaldo como por la mayor expectativa de devaluación. La crisis monetaria y cambiaria se desató este mes a partir de una decisión oficial que tuvo su origen en la posición ideológica del presidente Milei de no permitir al Banco Central la acumulación de reservas internacionales.
El equipo económico del ministro Luis Caputo encontró como alternativa que la acumulación de reservas para cumplir con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y responder a las demandas del mercado se haga a través de compras en bloque del Tesoro. Para poder hacer esas compras, el Tesoro necesita pesos y al Gobierno se le ocurrió que podía obtenerlos obligando a los bancos a comprar Lecap con la liquidez diaria que manejan y que invertían en Letras Fiscales de Liquidez.
Las excusas de Milei
Milei reconoció este martes que esa fue la idea y que lo que fracasó fue la implementación, por la decisión de los bancos de cuidar la liquidez en defensa de los depósitos de sus clientes. El Presidente recordó los conceptos de base monetaria y base monetaria amplia y dijo que la diferencia se corregía con la mayor demanda de dinero que genera el crecimiento económico, aunque eso no sucedió.
“Lo que habíamos visto con Toto (el ministro de Economía, Luis Caputo) es que nosotros no podíamos dejar bolsones de liquidez porque como lo que están enfrente son una manga de hijos de puta (sic), inexorablemente nos iban a atacar. No sabíamos cuándo, pero sabíamos que nos iban a atacar. porque son hijos de puta (sic)”, dijo Milei. El presidente justificó en ese presunto ataque la decisión de eliminar las Lefi, aunque lo cierto es que se buscaba transferir los pesos al Tesoro para que pueda comprar los dólares.
El fin de semana pasado había culpado a la vicepresidenta Victoria Villarruel, a los senadores y a los gobernadores por haber aprobado leyes que afectan el resultado fiscal. Milei siguió su relato explicando que otorgaron un mes a los bancos par que desarmen las LeFi pero en lugar de hacer lo que el Gobierno les pidió “se quedaron con la liquidez. Había gente que hacía cauciones, ponía títulos públicos en garantía, y ellos esas LEFI las convertían en pesos y financiaban la corrida cambiaria”, sostuvo.
Después siguió relatando la corrida cambiaria y monetaria generada por el Gobierno primero con la decisión de eliminar las LeFi y después con una licitación del Tesoro fuera de Cronograma que secó de pesos la economía y elevó la tasa de las Lecap a 47%, pero siempre culpando a los bancos por no hacer lo que el Gobierno quería.
“¿Y qué empezaron a hacer los bancos? Empezaron a llorar, ¡ay, la tasa de interés, la tasa de interés! ¿Y qué quieren, que yo les liberara fondos para que me ataquen el tipo de cambio? De ninguna manera. Hay dos bancos muy involucrados en esa corrida. No les importa un carajo (sic) hacer volar la economía por los aires con tal de llegar al poder. Ese es el nivel de perversión que tienen. Están dispuestos a romperle el culo (sic) a los argentinos y hacerlos mierda (sic) con tal de ellos tener el poder”, añadió, según reconstruyó el diario La Nación de las declaraciones a Radio Mitre.
Pese a todo ese relato, lo cierto es que el origen de la crisis estuvo en la mala praxis del equipo económico y que después el Banco Central volvió a operar con los pases remunerados para absorber la liquidez y con los pases activos para ofrecer fondos a las entidades según las necesidades, en un intento por regular el mercado de pesos. Mientras, los grandes operadores, en especial importadores y empresas endeudadas en divisas, se sumaron a la presión dolarizadora de los pequeños ahorristas y salieron a garantizarse los dólares por el temor a que se dispare.
Ni los bancos, ni la vicepresidenta, ni los sensores, ni los gobernadores, la crisis se originó en la decisión del presidente de no permitir al Banco Central acumular reservas y la alternativa que encontró el equipo de Caputo de hacerlo a través del Tesoro, lo que permitió cumplir con el FMI y lograr la aprobación de la primera revisión del acuerdo que significará un nuevo desembolso por 2.000 millones que probablemente lleguen este mes.