El gobierno de Javier Milei logró, finalmente, dictaminar el Presupuesto 2026 la semana pasada. Pero se trata de un proyecto que nace viejo, ya que los supuestos macroeconómicos que plantea, tanto para este año como para el próximo, distan mucho de los estimados por el mercado incluso después de las elecciones.
El martes de la semana pasada, la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados logró darle dictamen de mayoría al proyecto de La Libertad Avanza. De esa manera, el oficialismo busca controlar el proceso de tratamiento en el recinto para que ocurra luego del 10 de diciembre, cuando contará con un bloque propio y de aliados más amplio.
Sin embargo, el proyecto dictaminado por LLA se aprobó sin cambios respecto al que el Poder Ejecutivo había mandado a la Cámara baja el 15 de septiembre pasado, tal como marca la ley. Es decir, contiene los mismos supuestos macroeconómicos (sobre inflación, tipo de cambio, crecimiento, etc.) que hace dos meses.
Incluso en ese momento, las suposiciones estimadas por el Ministerio de Economía ya lucían irreales. Pero esa distancia entre lo esperado por el Gobierno y lo estimado hoy por el mercado no hizo más que agrandarse en estos últimos casi 60 días, algo que se sostuvo aun luego de la estabilidad macro post electoral.
Así se desprende del último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que el Banco Central elabora con las estimaciones de las principales consultoras y bancos del país. El reporte, conocido el viernes pasado, se realizó a partir de consultas hechas por la entidad monetaria a los participantes entre el 29 y el 31 de octubre, es decir, con el efecto de los comicios ya puesto.
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El Presupuesto 2026 versus el REM
Uno de los supuestos en el que claramente se ve la diferencia entre lo que estipula el Gobierno y lo que anticipa el mercado es la inflación. La suba de precios que estima el Presupuesto para 2026 es de solo el 10,1%. En cambio, el último REM sigue sosteniendo que para el año próximo el IPC totalizará un 18,7% punta a punta, casi el doble.
También difieren las proyecciones de la inflación para este año. Según el Presupuesto, 2025 terminará con una suba de precios del 24,5%, mientras que para el REM será del 29,6%. Esto no solo implica que la proyección del año próximo luce todavía más irreal, sino que además da por tierra con el supuesto anunciado por Milei de otorgar aumentos reales en partidas clave como las de salud, educación y jubilaciones.
Otro indicador con una notable diferencia es el tipo de cambio. El Presupuesto estima un dólar a 1.323 pesos para fin de 2025, unos 120 pesos más abajo que el dólar mayorista actual y con la banda cambiaria superior ampliando el techo diariamente. En cambio, el REM del BCRA, aunque espera ahora un dólar más bajo que el que esperaba un mes atrás, estima que la divisa estadounidense valdrá 1.500 pesos a fines de diciembre próximo, casi al filo del techo de las bandas.
De manera similar, para fines de 2026 el Presupuesto anticipa un tipo de cambio de 1.423 pesos. El REM, por su parte, no especifica la proyección para diciembre del año próximo, pero sí estima para octubre un dólar a 1.697 pesos, lo que hace presumir que para el final del año podría estar cómodamente por encima de los 1.700 pesos.
El Presupuesto también sobreestima la actividad económica. La estimada en el proyecto de ley para 2025 es del 5,4%, mientras que el último REM, que incorpora el freno a la actividad en trimestre preelectoral con el fin de contener el dólar, anticipa un crecimiento del PBI de solo el 3,9% este año.
Para el año próximo la diferencia es todavía más clara. El Presupuesto supone un crecimiento del Producto Bruto Interno del 5% para 2026, desestimando incluso la última actualización del FMI, que en octubre pasado bajó su proyección del 5% al 4%. Al contrario, el REM supone que el año que viene la actividad solo aumentará un 3%. Con todo, el relativo pesimismo del mercado podría ceder si siguen las señales de afloje monetario que el Gobierno comenzó a dar tras las elecciones.
El único supuesto en el que el Gobierno se ve beneficiado es el de la balanza comercial, ya que el proyecto dictaminado se prevé un déficit comercial de 2.447 millones de dólares en 2025, mientras que una cuenta rápida a partir de las exportaciones e importaciones estimadas en el REM da como resultado un superávit comercial de unos 8.287 millones de dólares.
Como sea, se hace evidente que, cuanto más se acerque el tratamiento y aprobación del Presupuesto 2026 al fin de este año, más ilusorios resultarán los números previstos en el proyecto, mientras el Gobierno no hace nada por modificarlos pese a que la realidad le indique lo contrario.
