Un análisis del derrotero de la recaudación nacional en lo que va del año puso sobre la mesa que, mientras el impuesto a la riqueza redujo su peso en el total recaudado, la mayor parte de la sociedad sostiene con su trabajo recursos golpeados en estos meses por la actividad. Al respecto, en mayo la recaudación total cayó 18% interanual en términos reales (considerando el impacto de la inflación) siendo el primer registro negativo del año. No obstante, otro punto no menor tiene que ver con que casi la totalidad de lo que recauda el Estado se sostiene a costa de impuestos al consumo y a los ingresos al trabajo y las jubilaciones mientras, por otro lado, se licúa el gasto en partidas sociales, haberes y subsidios de servicios.
Si se pone la lupa en la composición de la recaudación tributaria, el 80% de lo recaudado recae sobre tres impuestos (Ganancias, IVA y Seguridad Social), es decir, sobre el trabajo formal mientras los recursos provenientes de Bienes Personales (grava la riqueza acumulada) y Derechos de Exportación, se desploman.
En concreto, si bien el gobierno de Javier Milei asumió con la consigna de bajar los impuestos, en los hechos solo redujo lo que pagan los más ricos, sosteniendo una estructura tributaria que profundiza las desigualdades: Bienes Personales pasó de representar el 1,3% al 0,7% de la recaudación total, una modificación que solo favorece al 1% más rico de la sociedad, mientras que el IVA al consumo afecta a la población de menores ingresos en la compra de bienes de la canasta básica, y se reimpuso el tributo a la Ganancias para la categoría de asalariados de ingresos medios y altos, pero en un momento de creciente deterioro salarial.
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La carga sobre el bolsillo laburante
En mayo, último dato disponible, la recaudación tributaria alcanzó los $15,8 billones, evidenciando una caída real interanual del 17,9%, siendo el primer mes del año en el que la recaudación total presentó una variación negativa para dicha comparación. Puntualmente, impactó la pérdida de ingresos fiscales, sobre todo, en materia de comercio exterior vía IVA aduanero y Derechos de Exportación, y se sumó un retroceso en Ganancias.
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Ahora bien, resulta clave también poner el ojo en otro factor de relevancia vinculado al origen de los recursos con los que se financia hoy el Estado o, en otras palabras, quiénes enfrentan la mayor carga impositiva. Un análisis al respecto exhibió que la recaudación tributaria está explicada en un 80% por sólo 3 componentes: IVA (28% del total), ingresos de la Seguridad Social (23% del total) e Impuesto a las Ganancias (30% del total), mientras tanto, los impuestos a la riqueza no superan el 3% situación que, por cierto, se mantiene hace al menos dos décadas. Esto significa que “los recursos provienen casi por completo de los ingresos de la Seguridad Social, de gravar el consumo y de la imposición sobre los salarios y las jubilaciones”, destacó un informe elaborado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP).
En la vereda de enfrente, la recaudación por Bienes Personales, Derechos de Exportación y Ganancias DGA se desploma, pero “la carga impositiva sobre el trabajo formal no deja de crecer, incluso cuando los ingresos laborales pierden poder adquisitivo mes a mes”, alertaron los economistas. Hay que recordar que el paquete fiscal aprobado en año pasado en el Congreso benefició a los que más tienen bajando al mínimo el impuesto a los Bienes Personales y haciendo que sean menos quienes lo pagan, a la vez que se redujeron las alícuotas, y se eliminó la sobre-alícuota que recaía sobre bienes en el exterior. Esto se tradujo en que Bienes Personales (impuesto que paga el 1% más rico de la sociedad) pasó de representar el 1,3% al 0,7% de la recaudación total, es decir, el aporte de los más ricos cayó a la mitad.
En detalle, en los meses que van del 2025, la recaudación se sostuvo por la restitución del impuesto a las Ganancias y las actualizaciones que operaron sobre los impuestos a los Combustibles y el Sistema de Seguridad Social que, si bien muestra aumentos muy importantes todos los meses del año, marcó en mayo el peor registro. “Las pérdidas reales en los gravámenes aduaneros (derechos de exportación, aranceles, tasa estadística, entre otros) y Bienes Personales se compensaron con la mayor presión sobre jubilaciones y salarios capturados del Impuesto a las Ganancias, las actualizaciones del Impuesto a los Combustibles, el Impuesto a los débitos y créditos bancarios y lo recaudado a través del Sistema de Seguridad Social”, puntualizaron desde el centro de estudios.
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De hecho, por la reintroducción de las retenciones a los empleados en relación de dependencia y a los jubilados (en 2024 se encontraba vigente el “Impuesto cedular a los altos Ingresos”) el Impuesto a las Ganancias fue en mayo 2025, en valores reales, 170% superior a la de inicios de 2024. Los impuestos a los combustibles que aumentan por las actualizaciones realizadas sobre el impuesto, recaudaron casi 300% real más y los ingresos del Sistema de Seguridad Social, 6% más.
En el caso de este último tributo, desde el espacio que coordina Claudio Lozano, aclararon que “ese crecimiento no se explica por mejoras salariales, sino por un cambio normativo en marzo pasado, a partir del cual el tope máximo de la base imponible para Aportes y Contribuciones se actualiza mensualmente según el IPC-INDEC, superando incluso la evolución de los salarios”. Así, en seis meses, el tope pasó de $2,8 millones a $3,3 millones, “lo que eleva la presión fiscal sobre los trabajadores formales en un contexto de caída del salario real y destrucción de empleo registrado”, analizaron. En efecto, si bien durante la segunda mitad de 2024 se verificó una recuperación parcial del salario medio, ésta se interrumpió hacia el cierre del año y desde comienzos de 2025 se observa una caída sostenida tanto del salario real como en los puestos asalariados registrados.
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Por otro lado, la contracción en la recaudación de mayo se explicó por un retroceso en Ganancias que en el primer cuatrimestre había mostrado crecimientos reales superiores al 30%, pero luego cayó debido, principalmente, a la elevada base de comparación interanual: “mayo de 2024 concentró la recaudación extraordinaria proveniente del cobro anual a las empresas que cerraron balance en diciembre de 2023, quienes vieron incrementar el valor en pesos de sus activos dolarizados en forma inusual a consecuencia de la devaluación ocurrida en ese mes”, consideraron los especialistas.
En cuanto a la recaudación tributaria utilizada como termómetro de la actividad económica, se observa que el IVA está aún por debajo (-9% real vs. ene/24) reflejando la fuerte contracción del consumo interno; pero la recaudación por Créditos y Débitos en Cuenta Corriente mostró recuperaciones reales en los primeros cinco meses del año (+18% real vs. ene/24).
Por el lado de los impuestos vinculados al comercio exterior, arrojaron valores reales muy por debajo de hace un año atrás: “Los comportamientos especulativos de exportadores e importadores determinan la trayectoria de la recaudación por aranceles de importación y derechos de exportación. Además, el Decreto 38/252 dispuso reducciones temporales de retenciones en un intento de acelerar la declaración de operaciones y activar la liquidación de divisas en el Mercado libre de cambio”, se precisó.
Por último, en el caso de los aranceles a la importación, “el aluvión de compras al exterior no alcanza a revertir la caída global del comercio ya que si bien suben, no compensan las fuertes bajas en Ganancias aduaneras, IVA aduanero y retenciones a las exportaciones que se desplomaron por el atraso cambiario, la especulación exportadora y la rebaja de alícuotas”, agregaron.
Menos recursos federales
Si se pone la lupa en lo que sucede con la distribución de la recaudación tributaria, es decir, los recursos que se reparten entre la Administración Nacional, las Instituciones de la Seguridad Social y las provincias de acuerdo con la ley de Coparticipación Federal de Impuestos y otras complementarias, se advierte un retroceso sostenido en el tiempo.
Sobre ello, el informe detalló que, en el quinto mes del año, cayó -en términos reales- la recaudación repartida a la Administración Nacional (-23% interanual y -7% acumulado) y a las Provincias (-23% interanual y -1% acumulado) “sobre todo por el impacto de la pérdida real del IVA e Impuesto a las Ganancias”.
Finalmente “los recursos no presupuestarios (retenidos por la Administración Nacional) continúan cayendo (-39%) influenciados por la eliminación del impuesto PAIS (que se cobraba sobre operaciones en dólares, y tenía impacto en el financiamiento de fondos para obras de integración socio-urbana en barrios populares, así como para partidas de PAMI y ANSES)”, cerraron.