El proyecto de reforma laboral impulsado por el gobierno de Javier Milei introduce una figura que podría transformar de raíz la organización del trabajo en Argentina: el banco de horas. Esta herramienta permitiría a las empresas reorganizar las jornadas laborales según sus necesidades productivas, acumulando horas trabajadas para compensarlas con descansos posteriores, sin que medie el pago de horas extras.
En la práctica, esto implicaría que un trabajador pueda cumplir jornadas de diez o doce horas durante períodos de alta demanda y luego tomarse días libres cuando la actividad se reduzca. Desde el Gobierno, se presenta como un sistema “moderno y flexible” que busca equilibrar productividad y bienestar. Pero desde el mundo sindical y académico, las alarmas no tardaron en encenderse: advierten que el banco de horas podría anular las horas extras, precarizar la organización del tiempo de trabajo y debilitar los derechos laborales conquistados durante décadas.
Críticos de la medida sostienen que el banco de horas puede provocar mayor desigualdad social y económica, afectando especialmente a los sectores más precarizados, como jóvenes, trabajadores informales y empleados sin representación gremial sólida. Además, alertan que la iniciativa debilita a las organizaciones sindicales y promueve un modelo de individualismo laboral, donde la negociación colectiva pierde peso frente a los acuerdos empresa por empresa. En contextos de desequilibrio de poder, el resultado podría ser una relación laboral más frágil y desigual.
El anuncio de Milei y el contexto del “Plan Argentina Grande Otra Vez”
Durante la presentación del “Plan Argentina Grande Otra Vez” en la fábrica Sidersa, el presidente Javier Milei anunció la reforma laboral como parte de una estrategia integral para “brindar previsibilidad a las empresas y fomentar la contratación formal”.
El acto, realizado en San Nicolás, contó con la participación de empresarios y representantes de pymes de la región industrial bonaerense —Zárate, Campana, Arrecifes, Capitán Sarmiento y Pergamino— y celebró la adhesión de Sidersa al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), con una inversión de casi 300 millones de dólares para una nueva planta de aceros largos. Milei sostuvo que, tras un año y medio de “estabilización macroeconómica”, llegó el momento de dinamizar la microeconomía con reglas claras y previsibles. “No hay nada mejor para un trabajador que una empresa, y no hay nada mejor para una empresa que un trabajador”, afirmó el mandatario.
Según su visión, la reforma permitirá crear cientos de miles de empleos formales y reducir la litigiosidad laboral, eliminando lo que denominó “la industria de los juicios” que —según él— ha encarecido los costos laborales y desalentado la contratación.
Reforma laboral: en qué consiste el proyecto oficial
El proyecto contempla varios puntos centrales:
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Modernización de convenios colectivos: actualización de acuerdos laborales para adaptarlos a las necesidades productivas actuales.
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Banco de horas laborales: compensación flexible de jornadas, sin pago de horas extras.
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Eliminación de la industria del juicio: limitación de la discrecionalidad judicial y reducción de tasas de interés en litigios.
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Digitalización de procesos registrales: simplificación burocrática para formalizar empleos.
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Libertad en contratos laborales: posibilidad de pactar contratos en la moneda elegida por las partes, incluso en dólares.