Vacaciones de invierno: derrumbe del turismo interno y el impacto económico

El receso invernal evidenció la caída en el poder adquisitivo familiar y la pérdida de competitividad cambiaria. Según el informe de CAME, la estadía media bajó de 4,1 días en 2024 a 3,9 este año.

03 de agosto, 2025 | 13.07

Las vacaciones de invierno en Argentina tuvieron menos movimiento y consumo. El movimiento en el receso invernal por las ciudades que integran el circuito turístico nacional fue un 10,9% menor que en 2024 y el impacto económico fue un 11,2% menor a 2024, medido a precios constantes, al totalizar $1,5 billones, según el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

El reporte detalló que la estadía media bajó de 4,1 días en 2024 a 3,9 este año y el gasto diario promedió los $89.236, que, a precios reales (es decir, descontando la inflación), resultó un 4,8% superior al año pasado. Fueron 4,3 millones las personas que viajaron por el país y gastaron US$1.163 millones de dólares.

Las vacaciones de invierno evidenciaron la crisis en el sector turístico

Al comparar los registros de este año con los del 2023 se refleja “un contraste que pone en evidencia la difícil situación del sector turístico”, ya que viajó un 21,5% menos de gente que ese año y la estadía media se redujo 13,3% desde los 4,5 días.

Desde CAME, revelaron que “la mayoría de las provincias estuvieron por debajo del invierno pasado”, y sostuvieron que en la merma “incidieron la situación económica y la menor presencia de turistas internacionales frente a un tipo de cambio menos favorable”.

Asimismo, manifestaron que “las vacaciones de invierno sintieron la caída en el poder adquisitivo familiar, la pérdida de competitividad cambiaria y un clima más frío y lluvioso de lo habitual”. De todos modos, destacaron que “el turismo interno movilizó a millones de argentinos en este invierno, favorecidos por el desdoblamiento vacacional”.

Las vacaciones de invierno sintieron la caída en el poder adquisitivo familiar, la pérdida de competitividad cambiaria y un clima más frio y lluvioso de lo habitual, según CAME.

Desde entidad empresaria también remarcaron que “hubo efectos positivos, como el escalonamiento de las vacaciones escolares, que permitió tener movimiento durante las cuatro semanas del mes de julio y evitó la sobrecarga de las rutas nacionales”, reconociendo que “le dio a la gente un abanico más amplio de opciones de alojamiento para mejorar precios”.

En cuanto a los destinos más elegidos, indicaron que “frente al frío y el clima inestable, las zonas de playas estuvieron más relegadas y los viajeros se inclinaron por opciones de montaña, nieve, termales y turismo rural”.

En ese contexto, este año sobresalieron destinos tradicionales como Bariloche, Puerto Iguazú, los valles y las sierras cordobesas, Ushuaia, San Martín de los Andes, Villa La Angostura, Mendoza, Salta, El Calafate y los complejos termales de Santiago del Estero y de Entre Ríos.

Contrastes: viajes al exterior y ofertas para el turismo local

Al mismo tiempo, remarcaron quelos turistas de mayor poder adquisitivo eligieron salir al mundo, mientras que el turista que se quedó en Argentina eligió mayormente los destinos en base a las ofertas y a las promociones encontradas”.

En este sentido, aludieron que “un dato que anticipó la mayor tendencia a viajar fuera del país fue el Hot Sale de mayo, donde más de la mitad de las ventas fueron a destinos internacionales” y recordaron que “según el último informe del INDEC, los viajes internacionales crecieron 67% interanual en el primer cuatrimestre del año”.