A raíz de las políticas económicas que lleva adelante el presidente Javier Milei, el sector textil sumó un nuevo capítulo en La Rioja. Se anunció el cierre definitivo de la Cooperativa Textil Nueva Esperanza, ubicada en la ciudad de Chamical. La fábrica que funcionaba desde hace seis años, dejó a 38 personas sin trabajo en un contexto de creciente preocupación por el empleo industrial en la provincia.
En diálogo con Rioja Virtual, uno de los empleados de la empresa, Oscar Luca, indicó que este año la caída de ventas fue uno de los grandes factores que golpeó al sector. Cabe señalar, que el sector textil es uno de los mas golpeados por el modelo de apertura de importaciones y por la caída de ventas. La Rioja tiene unos de los polos textiles más importantes del país, por lo que aumentaron los cierres de empresas en el marco de la crisis a raíz de las políticas económicas que aplica el Gobierno nacional, dirigido por Javier Milei.
"Todo empezó desde enero hasta la fecha. Empezamos a decaer la producción drásticamente, no hay ventas. Trabajamos seis años en la empresa y ahora quedan 38 trabajadores desocupados", aseguró el empleado despedido Oscar Luna, y concluyó: "Esta cooperativa se realizó cuando echaron a los empleados de Puma, trabajamos seis años con la gente de Calera y ellos arman el zapato, nosotros hacemos la capellada, pero ya no se pudo seguir. Sabemos de la situación de la importación y la caída de ventas. Quedamos 38 familias sin laburo y es triste".
Las dificultades que traen las políticas económicas de Milei
La apertura de importaciones impactó en la industria textil de La Rioja, un sector que representa la mitad del empleo industrial provincial. Según un informe reciente de la Fundación Pro Tejer, las importaciones de ropa y textiles para el hogar crecieron un 86% y 109% interanual en volumen respectivamente. Durante el primer cuatrimestre de 2025, lo que alcanzó récords históricos.
Esta situación se agrava con la entrada de tejidos a precios bajos, lo que configura una competencia desleal frente a la producción nacional, al punto de que seis de cada diez prendas en el mercado argentino tienen algún componente importado. El informe atribuye esta problemática al desmantelamiento de herramientas de control del comercio exterior, como la derogación de valores criterio de importación y la eliminación de controles aduaneros y de etiquetado, lo que afecta directamente la competitividad y la demanda de la industria local.
Desde la Asociación Obrera Textil de La Rioja, el secretario general, Juan Pablo Luján, calificó la situación como una crisis comparable a los años 90. Luján expresó su preocupación por la apertura indiscriminada de importaciones, la eliminación de aranceles y el recorte de funciones estatales en la regulación laboral, lo que se traduce en una pérdida constante de puestos de trabajo y un escenario de total incertidumbre. Además, denunció que el Gobierno nacional se niega a homologar acuerdos paritarios que superen ciertos porcentajes, lo que empobrece aún más a los trabajadores.