Cincuenta y siete militares fueron secuestrados por decenas de civiles presionados por guerrilleros de una disidencia de las FARC en una zona montañosa del suroeste de Colombia cuyo control territorial busca recuperar el Gobierno en medio de la resistencia de los rebeldes, informó el domingo el Ejército.
El secuestro de los uniformados se registró en inmediaciones al Plateado, un caserío del departamento del Cauca, donde las Fuerzas Militares y la Policía Nacional lanzaron una operación para desalojar a los grupos armados ilegales de una zona estratégica para la producción y tráfico de cocaína.
"En total, cuatro suboficiales y 53 soldados profesionales permanecen privados de su libertad en contra de su voluntad y eso se llama secuestro", dijo en una declaración grabada en video el comandante de la Tercera División del Ejército, general Federico Alberto Mejía.
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"Estamos ante una comunidad que se resiste y sabemos las circunstancias en que se encuentran estas comunidades, que están infiltradas por miembros de estas estructuras armadas beligerantes", aseguró el oficial al anunciar un repliegue de las tropas para luego hacer de nuevo una ocupación de la zona.
En la zona tiene presencia la columna Carlos Patiño, una disidencia de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que rechazó un acuerdo de paz del 2016 para poner fin a un conflicto interno de seis décadas que ha dejado más de 450.000 muertos.
Según el Gobierno, ese grupo representa una grave amenaza para la vida y la seguridad de las comunidades del Cañón del Micay y del departamento del Cauca en donde reclutan de manera forzada a menores de edad, presionan a la población civil para expulsar a la Fuerza Pública y evitar la presencia del Estado con educación, salud y obras de infraestructura.
Con información de Reuters