Ante la reaparición de casos de sarampión en países limítrofes, el Ministerio de Desarrollo Humano (MDH) de Formosa lanzó una convocatoria a toda la población para acercarse a los centros de salud y vacunarse, con el objetivo de prevenir la reintroducción de la enfermedad en la provincia.
Julio Arroyo, jefe del Departamento de Inmunizaciones del MDH, explicó que la protección contra el sarampión se realiza mediante la vacuna Triple Viral, que también previene la rubéola y las paperas, y forma parte del Calendario Nacional de Inmunizaciones. “Se aplican dos dosis en la vida: la primera al cumplir un año y la segunda al ingreso escolar, entre los cuatro y cinco años. Con esas dos dosis, la persona queda inmunizada para el resto de su vida”, señaló el especialista en comunicación con la Agencia de Noticias Formosa (Agenfor).
Arroyo recordó además que cada cuatro años se lleva a cabo una campaña de seguimiento nacional que incluye una dosis adicional para niños de entre uno y cuatro años, con el fin de mantener una cobertura elevada y evitar posibles brotes.
El funcionario destacó que la vacuna está disponible de forma gratuita en todos los hospitales y centros de salud que cuenten con vacunatorio. “El Gobierno de Formosa, a través del Ministerio de Desarrollo Humano, garantiza la disponibilidad de todas las vacunas del calendario, incluida la Triple Viral”, afirmó.
Bajo esta línea, Arroyo rememoró que “en 2016 la región de las Américas fue declarada libre de sarampión”, pero advirtió que “tras la pandemia, las coberturas de vacunación disminuyeron y la enfermedad volvió a circular en varios países del continente, registrándose actualmente casos activos en Bolivia y Paraguay”.
Por este motivo, el especialista instó a los padres a revisar los carnets de vacunación de sus hijos y acudir al centro de salud más cercano ante cualquier duda. “Allí recibirán el asesoramiento necesario y, si falta alguna dosis, este es el momento oportuno para aplicarla”, concluyó.
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Transmisión y síntomas
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa y potencialmente grave, que puede afectar a personas de todas las edades. Sin embargo, representa un mayor riesgo en niños mayores de cinco años o con desnutrición, ya que puede provocar complicaciones respiratorias como neumonía.
En casos más severos, el virus puede afectar el sistema nervioso central, generando convulsiones, meningoencefalitis, encefalomielitis, ceguera, retraso mental o incluso la muerte. No existe un tratamiento específico para estas secuelas.
La transmisión se produce a través de gotas expulsadas al hablar, toser o estornudar. El virus puede permanecer en el aire o en superficies hasta dos horas, manteniéndose activo y contagioso.
Los síntomas incluyen fiebre igual o superior a 38 °C y erupciones en la piel (exantema). Ante estos signos, se recomienda acudir de inmediato al hospital o centro de salud más cercano.