Soldados israelíes entraron en el suroeste de Siria en la madrugada del jueves y detuvieron a varias personas que, según el ejército israelí, eran miembros del grupo miliciano palestino Hamás, pero que, según el Ministerio del Interior sirio, eran civiles.
Las detenciones en la localidad de Beit Jinn, a unos 50 kilómetros al suroeste de la capital, Damasco, forman parte de un resurgimiento de las operaciones militares israelíes en el sur de Siria tras semanas de relativa calma.
El ejército israelí dijo que su operación nocturna en Beit Jinn se "basó en inteligencia recabada en las últimas semanas" y condujo a la detención de "varios terroristas de Hamás" que tramaban "múltiples complots terroristas" contra civiles y soldados israelíes en Siria.
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El comunicado del ejército decía que se habían confiscado armas de fuego y munición, y que se había trasladado a los detenidos a Israel para interrogarlos más a fondo.
Hamás no hizo comentarios de inmediato. Un portavoz del Ministerio del Interior sirio dijo a Reuters que siete personas habían sido detenidas en la redada de Beit Jinn, pero negó que pertenecieran a Hamás y afirmó que eran civiles de la zona. El portavoz afirmó que una persona había muerto por disparos israelíes.
Al preguntársele si había muerto alguien en la redada, el ejército israelí dijo a Reuters que cuando uno de los presuntos miembros intentó huir, se produjeron disparos y "se identificó a un herido".
Israel ha desconfiado profundamente del Gobierno islamista que dirige Siria desde que el expresidente Bashar al-Asad fue derrocado en diciembre, alegando que podría apoyar un ataque similar a la incursión dirigida por Hamás el 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel.
Con información de Reuters
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