Los trabajadores del distrito La Rioja de Vialidad Nacional se movilizaron este lunes por las calles en rechazo a la decisión del Gobierno nacional de disolver el organismo, medida que afecta directamente a más de 150 empleados en la provincia y a unas 5.400 familias en todo el país.
Durante la manifestación, los empleados expresaron su preocupación por el futuro de sus puestos laborales y la paralización de tareas históricas que realiza Vialidad Nacional desde hace casi un siglo. “Lo que se pide es que se derogue el decreto y que Vialidad Nacional vuelva a trabajar como lo hizo durante 90 años”, aseguró uno de los empleados.
"Es duro y muy triste por las 5.400 familias del todo el país, acá hay en total 158, por ese motivo es tan duro para toda la familia vial", remarcó sobre la difícil situación que atraviesan desde que se encendieron las alarmas del desguace del organismo.
Alarmas encendidas por el mal estado de las rutas nacionales
Los trabajadores de Vialidad Nacional en La Rioja advirtieron que más del 65% de la red vial nacional en la provincia se encuentra en "estado regular o malo". Esta situación subraya la urgencia de mantener una agencia como Vialidad Nacional con plena capacidad operativa y continuidad institucional. Según Raúl Rizzo, referente de la Asociación Gremial de Profesionales y Personal Superior de Vialidad Nacional, hay una aparente falta de conocimiento del Gobierno nacional sobre las funciones de Vialidad y sobre la labor que realiza la entidad.
Es importante recordar que la administración del presidente Javier Milei había dispuesto la disolución de la Dirección Nacional de Vialidad y otros cambios en el área de Transporte mediante el Decreto 461/25. El Sindicato de Empleados de Vialidad Nacional obtuvo una victoria judicial en el Juzgado Federal en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo N° 2 de San Martín, y logró una medida cautelar que suspendió por seis meses la vigencia de dicho decreto. Desde la asunción del Gobierno libertario, el desfinanciamiento constante impactó negativamente en las obras viales a lo largo del país.
Numerosos proyectos se vieron atrasados o, en el peor de los casos, se quedaron completamente inconclusos. La situación se podría agravar mucho más con la disolución de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), que genera una profunda incertidumbre sobre el futuro de las rutas nacionales y la estabilidad laboral de los empleados en La Rioja, muchos de ellos bajo contrato.