En medio del desplome de las ventas de Tesla y tras los múltiples ataques a vehículos y concesionarios, crecen los rumores de que el presidente estadounidense Donald Trump quiere correr de su cargo al empresario Elon Musk. El mandatario comunicó a su entorno más cercano que el magnate dará un paso al lado pronto, según reportes del medio Político y la cadena ABC a los que la Casa Blanca les restó ya importancia.
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Medios estadounidenses y agencias de noticias aseguran que Trump le dijo a su entorno incluyendo a miembros de su gabinete, que el consejero delegado de SpaceX y Tesla se alejará del foco "en las próximas semanas".
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, negó que la información que publicó Político fuera una exclusiva: "Esta 'primicia' es basura".
"Musk y el presidente Trump han declarado 'públicamente' que Elon dejará el servicio público como empleado especial del Gobierno cuando complete su increíble trabajo en Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por su siglas en inglés)", escribió Leavitt en X.
Pese a esta supuesta salida, el republicano está "satisfecho" con el trabajo de Musk al frente del DOGE, encargado de ejecutar el proceso de recortes al Gobierno federal que prometió Trump, según afirma el artículo.
Ninguna de las fuentes que habló con el medio parece apuntar a que esta decisión signifique el fin de la relación entre el republicano y el hombre más rico del mundo.
Una de ellas dijo que se mantendrá como un asesor más informal y que aparecerá de vez en cuando en los actos de la oficina presidencial. Otra apuntó que quien piense que Musk va a desaparecer de la órbita del neoyorquino se está "engañando a sí mismo".
Los cuestionamientos a Musk
El rol de Musk es uno de los aspectos más cuestionados en los poco más de dos meses de esta Administración Trump.
Una vez superadas las elecciones presidenciales del pasado noviembre, el papel del multimillonario en el Ejecutivo se vio cada vez más un lastre dentro de la Casa Blanca.
Esto último cobra aún más importancia tras los resultados en los comicios celebrados ayer para elegir a un juez del Supremo de Wisconsin.
En la primera votación decisiva desde que Trump es presidente, él y su equipo se llevaron un duro golpe con la derrota del juez conservador Brad Schimel, en la que el consejero delegado de Tesla se involucró personal y financieramente.
El magnate donó en torno a unos 20 millones de dólares a través de America PAC, el comité de acción que junto a otros magnates tecnológicos fundaron para apoyar la campaña presidencial de Trump, para apoyar a Schimel; una importante inversión de tiempo y dinero.
Además, sus planes para recortar el gasto público, por el que despidieron a miles de empleados federales y el cierre de algunas agencias históricas de EE.UU., despertaron duras protestas en distritos de muchos congresistas republicanos golpeados por estas medidas, además de una oleada de ataques dirigidos contra vehículos y concesionarios Tesla.