La Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó, con una mayoría arrolladora de 57 de 60 legisladores, la reelección indefinida en el país. También avanzó en los cambios en la Constitución para el período presidencial, que se extendió de cinco a seis años y eliminó la segunda vuelta en las elecciones. La nueva ley dispone también que el actual período de Nayib Bukele, que empezó en 2024 e iba hasta 2029, termine anticipadamente el 1 de junio de 2027. El objetivo es celebrar en ese año las elecciones legislativas y ejecutivas al mismo tiempo. Bukele defendió el domingo la resolución, argumentando que "el 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno y nadie se inmuta".
La propuesta, impulsada por la mayoría de Nuevas Ideas (NI), el partido de Bukele, fue defendida por sus parlamentarios al afirmar que "el poder reside en el pueblo y sólo el pueblo puede decidir", tal como lo expresó el diputado Ernesto Castro, presidente de la Asamblea Legislativa y militante leal a Bukele.
Aparte de la modificación del mandato presidencial, los diputados anularon la segunda vuelta y, según el decreto aprobado, la presidencia la ganará la fórmula que haya obtenido el mayor número de votos válidos en la elección. Hasta ahora, la Constitución establecía que para ganar en primera vuelta una fórmula presidencial tenía que ganar con el 50% más uno de los votos válidos, como sucede en otros países de América Latina, incluida la Argentina.
La palabra de Bukele sobre la reforma constitucional: "El problema no es el sistema, sino que un país pobre se atreva a actuar como si fuera soberano"
Apenas salió la ley, Bukele no hizo comentarios ni en redes sociales ni a través de su vocería. Recién el domingo el mandatario salvadoreño escribió en X (ex Twitter): "El 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta. Pero cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, de repente se convierte en el fin de la democracia", advirtió.
"Claro, se apresurarán a señalar que 'un sistema parlamentario no es lo mismo que uno presidencial', como si ese tecnicismo justificara el doble rasero. Pero, seamos sinceros, es solo un pretexto. Porque si en El Salvador se declarara una monarquía parlamentaria con las mismas reglas que el Reino Unido, España o Dinamarca, seguirían sin apoyarla. De hecho, se pondrían furiosos si eso sucediera", agregó después.
"El problema no es el sistema, sino que un país pobre se atreva a actuar como si fuera soberano. No se supone que hagas todo, te dicen. Y se espera que te mantengas en tu carril", concluyó al final.
Las críticas de la oposición a la reforma
Los diputados de la oposición criticaron la resolución aprobada por la Asamblea. "Este día ha muerto la democracia en El Salvador", dijo Marcela Villatoro, diputada de la Alianza Republicana Nacionalista. Desde la izquierda también hubieron críticas. Manuel Flores, secretario general del Frente Marabundo Martí para la de Liberación Nacional, opinó que el partido del mandatario demuestra "miedo y pavor de perder las elecciones" al impulsar estas reformas. "Saben que el repudio del pueblo va en aumento", escribió Flores en una publicación en su Facebook.