Después de haberlo cruzado en redes sociales y de manifestar "su decepción" con el presidente Donald Trump, Elon Musk volvió a patear el tablero político de Estados Unidos pidiendo el juicio político para el mandatario. Lo hizo a través de un posteo en X en el que compartió el pedido con un escueto "Yes", sugiriendo además que el magnate debe ser reemplazado por su vicepresidente, el senador J.D. Vance.
Tras haber sido acusado públicamente de estar en los archivos de las fiestas clandestinas organizadas por el empresario fallecido Jeffrey Epstein, Trump se mostró esta semana "muy decepcionado" con Musk en una reunión con el canciller alemán Friedrich Merz. Incluso, amenazó en su red Truth Social con terminar con los subsidios estatales al dueño de Tesla. "La forma más fácil de ahorrar miles de millones es cortar con los subsidios a Elon", escribió el mandatario.
“Adelante, haceme el día”, lanzó Musk desde X, desafiando al presidente estadounidense. En una declaración aún más explosiva esta semana, el empresario insinuó que Trump aparece en los archivos secretos del caso Jeffrey Epstein, lo que según él explicaría la falta de transparencia de la Casa Blanca sobre ese escándalo.
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El detrás de escena del conflicto: cómo y por qué se desató
El conflicto formal empezó pocos días después de una despedida privada en el Despacho Oval. Allí, Trump le entregó a Musk una “llave simbólica” en reconocimiento por su paso al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Sin embargo, todo se derrumbó tras la presentación del nuevo plan económico de Trump, titulado “Enorme y Hermoso Proyecto de Ley”, el cual fue calificado por Musk como una “repugnante abominación”.
El punto de inflexión fue la reversión de los créditos fiscales a vehículos eléctricos, una decisión que afecta directamente a Tesla. Como represalia, Trump retiró la nominación de Jared Isaacman —propuesto por Musk— para dirigir la NASA, acusándolo de ser “un absoluto demócrata”.
La reacción del mercado no se hizo esperar: las acciones de Tesla cayeron más del 10% en cuestión de horas. Musk, lejos de suavizar su postura, remató: “Sin mí, Trump habría perdido la elección. Qué ingratitud”.
El enfrentamiento entre Musk y Trump no solo reconfigura el mapa de poder en Estados Unidos, sino que abre interrogantes sobre las consecuencias políticas, económicas y tecnológicas de esta guerra sin cuartel.
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