Benjamin Netanyahu no para de recibir malas noticias del mundo en los últimos días. Primero Francia anunció que reconocerá el Estado palestino, luego Reino Unido y Canadá, y el jueves el presidente de Finlandia adelantó que está dispuesto a hacerlo también debido a la situación "inhumana" en Gaza. El primer ministro israelí enfrenta críticas y repudio internacional desde hace tiempo por lo que voces dentro de la ONU y hasta de las principales organizaciones de derechos humanos de su país califican como un genocidio en proceso contra la población palestina de la Franja de Gaza. En noviembre pasado la Corte Penal Internacional llegó incluso a emitir una orden de detención en su contra. Pero en las últimas semanas, al calor de las imágenes de niños, bebes, madres y jóvenes esqueléticos por el bloqueo israelí que no permite ingresar masivamente alimentos, la presión se multiplicó hasta tal punto que el presidente de Estados Unidos y el más importante aliado de Israel, Donald Trump, reconoció que existe "hambre de verdad" en Gaza y que "eso no se puede falsear". Completamente a contramano del creciente aislamiento internacional de Netanyahu, el presidente Javier Milei se ilusiona por estas horas con recibir por primera vez en la Rosada a quien sigue reivindicando como uno de sus dos principales aliados en el mundo.
En Casa Rosada se mostraron confiados ante El Destape de que existen "todas las chances" de que Netanyahu visite Argentina para una visita de Estado y una reunión bilateral con Milei durante el mes de septiembre. Incluso ya barajan una posible fecha: entre el viernes 8 y el domingo 10. Entre las preocupaciones que no permiten en el Gobierno argentino garantizar el viaje, no aparecen ni la hambruna que ya mató a más de 150 palestinos, ni la ofensiva militar que ya devastado la mayoría de la Franja de Gaza y asesinó a más de 60.000 personas, ni el masivo rechazo internacional. No, la preocupación que sobrevuela es la seguridad de Netanyahu. "Con las medidas de seguridad adecuadas, no tiene que haber sobresaltos", aclaró, de todas formas una fuente del entorno de Milei.
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Tampoco parece preocuparles la crítica que lanzó Trump esta semana al reconocer la hambruna, luego que el propio Netanyahu la negara por enésima vez, a contramano de todos los relatos de las agencias de la ONU y de las organizaciones humanitarias internacionales que trabajan en Gaza. "Javier es muy cauto con eso. Cuando pasa algo entre dos personas con las que tiene buena relación, como pasó con Donald y Elon Musk, se queda a un costado. Hace silencio y no opina. No es boludo", explicaron a este portal en Casa Rosada.
Un genocidio en vivo y en directo
La masiva ofensiva militar que Israel lanzó el mismo 7 de octubre de 2023, como represalia del ataque de Hamas que mató a más de mil personas, viene pulverizando ciudades y localidades enteras hace tiempo. Netanyahu ya convirtió a la mayoría de la Franja de Gaza en zona militar donde los civiles no pueden estar y más de dos millones de palestinos se apiñan en tres o cuatro zonas, donde de todas maneras las fuerzas israelíes entran casi todos los días y disparan o bombardean. Por eso, la relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, hace más de un año que denunció por primera vez que Israel estaba cometiendo un genocidio.
Desde entonces, la situación empeoró dramáticamente porque a los bombardeos indiscriminados y masivos, se sumó un bloqueo absoluto que durante más de cuatro meses este año no permitió el ingreso de ningún camión con comida, agua potable, medicamentos y combustible para alimentar los generadores de los hospitales y las plantas desalinizadoras de agua. En otras palabras, después de un año y medio de ataques diarios que mataron a decenas de miles de personas y desbordaron los pocos hospitales que seguían en pie con más de 100.000 heridos, Israel cortó la ayuda humanitaria internacional de la que más del 90% de la población civil ya era dependiente. El resultado hoy es que los máximos expertos del mundo en crisis alimentarias advirtieron que "el peor escenario de hambruna está en curso" en Gaza.
Más de 150 palestinos murieron literalmente de hambre en los últimos días y la mayoría son niños y bebés. "En la Franja de Gaza, tenemos miles de chicos que pasan hambre severo porque no hay leche para los niños menores de dos años. Estos niños tienen madres que también están desnutridas porque no hay comida. Entonces, las madres no pueden producir leche. Ahora, sus hijos están siendo alimentados con agua o legumbres duras molidas. Esto es dañino para los chicos de Gaza", denunció en las últimas horas el doctor Kahlil Dagran, vocero del hospital Mártires de Al Aqsa, en la localidad del centro de la franja Deir al Balah, cerca de la costa, donde se están apiñando toda la población civil.
La cadena Al Jazeera habló con una de estas madres desnutridas. Azhar Imad, de 31 años, contó que mezcla tahini (pasta de sésamo) con agua con la esperanza de que eso alcance para alimentar a su bebé de cuatro meses, Joury. Está desesperada porque sabe que le puede estar haciendo mal. "Estoy usando esta pasta en vez de leche, pero ella no lo quiere. Y todo esto la puede enfermar", se lamentó y agregó: "A veces, le doy agua de una botella. Pero ya no hay más. Lew preparo alcaravea (una hierba digestiva) y otras hierbas, cualquier tipo de hierbas."
Hace meses que la leche de fórmula para los bebés empezó a escasear y hace unas semanas se acabó. Aunque Israel empezó a permitir el ingreso de camiones con ayuda humanitaria a cuentagotas por la presión internacional, trabajadores internacionales explicaron a este portal que de poco sirve si sigue faltando agua potable para mezclar el polvo, por ejemplo. Estas mismas fuentes humanitarias denuncian que todos los esquemas que creó Israel para ingresar comida en los últimos meses estuvieron dirigidos a crear más daño no a evitar una hambruna generalizada. Primero autorizó a una empresa de mercenarios estadounidense a construir centros de distribución enrejados y protegidos por francotiradores, que no sabían cómo entregar alimentos de manera organizada. Todos los días desde finales de mayo hasta finales de julio más de mil palestinos fueron acribillados mientras buscaban comida.
Y, ahora, con la entrada de camiones a cuentagotas, denuncian que Israel pone un sinfín de trabas y complicaciones de último momento para que los convoys no lleguen a los centros de distribución de ayuda de la ONU y las organizaciones humanitarias internacionalmente reconocidas, sino que queden atrapados en multitudes de palestinos desesperados por el hambre y la sed. Una vez más, las fuerzas israelíes utilizan estas escenas de caos y descontrol para abrir fuego indiscriminadamente y matar a civiles que sólo buscan comida y agua para sobrevivir.
La situación se volvió tan dramática que esta semana, por primera vez, dos de las principales organizaciones de derechos humanos de Israel denunciaron que la hambruna, los asesinatos, la destrucción masiva y los constantes llamados de ministros, funcionarios y líderes israelíes a expulsar a toda la población palestina de la Franja de Gaza representa un genocidio. "Un análisis de la política de Israel y sus horribles resultados, junto con declaraciones de experimentados políticos y comandantes militares israelíes sobre los objetivos de los ataques, llevan a la conclusión inequívoca de que Israel está realizando acciones coordinadas y deliberadas para destruir a la sociedad palestina en la Franja de Gaza. En otras palabras: Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos de la Franja de Gaza," aseguró B'Tselem en su informe "Nuestro genocidio.
En paralelo, el capítulo israelí Médicos por los Derechos Humanos declaró: "Esta no es una crisis temporal. Es una estrategia para eliminar las condiciones necesarias para vivir. Aún si Israel detiene su ofensiva (militar) hoy, la destrucción que infringió garantiza que muertes prevenibles -como por desnutrición, infecciones o enfermedades crónicas- continuarán por años. No es daño colateral. Esto no es un efecto secundario de la guerra. Esto es la creación sistemática de condiciones invivibles. Esto es la negación de la supervivencia. Esto es genocidio."
Y, como si no fuera suficiente, B'Tselem advirtió que si el mundo no reacciona y frena el avance de Israel, el genocidio se puede expandir para alcanzar a los más de cinco millones de palestinos que viven bajo la ocupación militar israelí o dentro de su territorio: "Alertamos sobre el presente y claro peligro de que el genocidio no se quedará confinado a la Franja de Gaza, y que las acciones y la mentalidad que lo está impulsando pueden expandirse a otra áreas también. (...) El genocidio está pasando ahora en la Franja de Gaza, pero cualquier detonante puede provocar su rápida expansión a otras áreas bajo control de Israel. Actualmente, no hay ningún mecanismo, doméstico o internacional, para frenarlo."
Ninguna de estas advertencias, denuncias y pedidos desesperados resonaron en la Casa Rosada, donde Milei y su Gobierno sueñan con la posibilidad de una nueva foto sonrientes con uno de sus dos grandes aliados internacionales: un primer ministro con orden de detención internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad, y señalado por casi toda la comunidad internacional como el responsable de haber diseñado y ejecutado la peor hambruna masiva de las últimas décadas contra un pueblo al que encerró y hace casi dos años no para de bombardear.