La ONU cumple 80 años asediada por críticas y con una Asamblea General que desnudó la falta de consensos globales

El mundo atraviesa el debilitamiento de la hegemonía total de EE.UU. y eso se reflejó en la cita anual de esta semana en la sede de la ONU de Nueva York. Faltaron líderes de potencias claves como China, India y Rusia, pesos fuertes de los Brics, y no hubo discusiones reales para resolver los temas urgentes de la agenda internacional.

27 de septiembre, 2025 | 00.05

La Asamblea General de la ONU en su 80 aniversario estuvo marcada por el desencanto. Con poca participación de los mandatarios de la potencias asiáticas, los discursos presidenciales estuvieron atravesados por la crítica al organismo, ya sea desde la ultraderecha por considerar que tiene una excesiva estructura burocrática o de izquierda con la histórica crítica al Consejo de Seguridad por considerarlo injusto y poco representativo. Los cuestionamientos al organismo se dan en el marco de mayor tensión mundial, marcado por la guerra en Ucrania, la guerra civil en Sudán y el genocidio en Gaza, entre otros. En esta difícil actualidad, el objetivo que tiene Naciones Unidas de preservar la paz no pareciera tener mucha relevancia ni influencia para lograr resolverlos de manera pacífica.

“El multilateralismo está frente a una nueva encrucijada, al punto que la autoridad de esta Organización (ONU) está en jaque”, afirmó el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el primero en disertar. Es conocida la crítica del líder del Partido de los Trabajadores al organismo, al que le pide que sume un asiento del sur global al Consejo de Seguridad, que tiene solo cinco miembros permanentes que además son los que tienen capacidad de veto, pero además de ese cuestionamiento estructural, en este caso el presidente hace referencia a la situación geopolítica actual: “Asistimos a la consolidación del desorden internacional, marcada por continuas concesiones a la política del poder”.

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Desde otra perspectiva también pueden sumarse las críticas a la ONU, que van desde el anfitrión Donald Trump al mandatario argentino, Javier Milei. “Siempre dije que la ONU tiene un potencial tremendo, tremendo pero ni siquiera se acerca a cumplirlo. Lo único que hacen es escribir cartas con palabras vacías, y las palabras vacías no detienen guerras”, aseguró el mandatario estadounidense, quien se jactó de haber sido él quien frenó al menos siete conflictos bélicos. De hecho, hasta chicaneó al organismo al decir que Naciones Unidas solo le dio una escalera mecánica que se paró cuando intentó subir, y un telepronter que no funcionó. 

Por su lado y desde otra perspectiva, Milei sostuvo que está de acuerdo con el objetivo de la ONU en cuanto a preservar la paz, pero cuestionó su estructura y sus presupuestos y afirmó que se inmiscuye en los asuntos de los Estados: “Nosotros creemos en el fin original de este organismo. Creemos que existen problemas globales que requieren del diálogo y la cooperación internacional para ser resueltos, pero para eso debemos rechazar estas extralimitaciones que a menudo acompañan a las agendas nobles”. 

Milei agregó que no acompañarán el “cercenamiento de libertades individuales, comerciales, ni la violación de los derechos naturales de los ciudadanos de los estados miembro y durante el último año y medio hemos votado en consecuencia”, en relación a los cambios históricos de las votaciones de Argentina con en cuestiones relacionadas a Palestina, a los pueblos indígenas o a los derechos de las mujeres, en los que se alineó a países como Israel y especialmente Estados Unidos. De hecho, parte de su discurso lo dedicó a elogiar las políticas de Trump en relación a los aranceles y a las deportaciones de migrantes.

Además de los cuestionamientos a la ONU, los temas transversales fueron resaltar la existencia de un mundo más propenso al conflicto bélico, con el tema Gaza como fundamental. De hecho, el comienzo de la Asamblea estuvo marcado por el reconocimiento del Estado de Palestina por parte de países como Francia, Reino Unido, dos de los cinco miembros del Consejo de Seguridad Permanente, y Portugal, Canadá y Australia, entre otros. También la guerra en Ucrania, Sudán y abogar por un mundo multilateral, aunque faltaron los líderes de una porción importante de las potencias asiáticas.

Poco representativa

Sumado al ya cuestionado Consejo de Seguridad por vetar de acuerdo a los intereses de quienes ocupan esa silla de manera permanente, como es el caso de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China, esta Asamblea que tenía como eslogan “mejor juntos” en el 80 aniversario, tuvo grandes ausencias ya que no formaron parte ni el presidente de China, Xi Jinping ni el premier de India, Narendra Modi. Tampoco, por obvias razones, el mandatario ruso, Vladimir Putin. Por lo que los pesos pesados de los BRICS que piden un nuevo orden mundial en el cual tengan más voz, solo enviaron representantes. 

En el caso de China, Xi estuvo presente en la Asamblea General para el 70 aniversario y también para el 75 por videollamada en el contexto de la pandemia. Sin embargo, para los 80 años envió al premier Li Qiang, algo que llamó la atención debido que en el contexto de los cuestionamientos a la guerra comercial y medidas unilaterales de Estados Unidos, el líder chino se aferró a esos organismos. De acuerdo a la agencia de noticias estadounidense AP, la ausencia podría tener que ver con evitar cruzarse a Trump en este momento. Según la agencia, el mandatario norteamericano afirmó que se reunirá con Xi recién durante la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Corea del Sur a fines de octubre, aunque esto no lo confirmó aún la potencia el país asiático.

“Hay que decir también que la Organización de Naciones Unidas a lo largo del tiempo es la que más se ha sostenido en términos de organismo multilateral aunque hoy esté pasando por un escenario de crisis y de falta de capacidad para ser el ámbito de resolución de los temas, desde las cuestiones comerciales a los grandes conflictos Ucrania, Gaza o lo ambiental”, explicó a El Destape, el profesor de Relaciones Internacionales de la carrera de Ciencia Política de la UBA, Emanuel Porcelli.

El académico sostuvo que prácticamente no se ha hecho referencia a los 80 años del organismo debido a que el foco estuvo puesto en temas como Ucrania o Gaza, el comercio o la agenda ambiental. Además, destacó que la ONU también atraviesa hoy un “proceso de deslegitimación por parte de algunos actores, principalmente Estados Unidos, del orden internacional”. En ese marco, recordó que países como India o Brasil cuestionan desde hace años la estructura del organismo, mientras que en el caso de las ultraderecha -como Milei- lo que critican es la supuesta injerencia en asuntos internos.

“Lo que no quieren es la agenda de promoción de derechos de la ONU que juega un rol muy importante aunque a veces no se ve. La capacidad de poner en agenda algunos temas o de tratar de darle visibilidad a lo vinculado a la promoción de derechos de mujeres, niños, de diversidades y también cuestiones laborales y Milei busca deslegitimar ese rol de Naciones Unidas”, agregó Porcelli, sobre la postura que tienen mandatarios como es el caso del presidente argentino.

La elección de 2026 con tres nombres latinoamericanos

En todo ese contexto también los cuestionamientos recaen en el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y sus posibilidades efectivas de avanzar en mediar la paz. El año que viene se elegirá a su sucesor y crece con más fuerza la posibilidad de que el candidato o candidata sea del sur global, por lo cual podría ser de América Latina o el Caribe. Una de las novedades fue que el presidente chileno, Gabriel Boric, en su discurso dio a conocer que postulará a la ex mandataria, Michelle Bachelet, y suena también por México, Alicia Bárcena, actual ministra de Ambiente, mientras que en el caso de la Argentina, es el líder del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, quiere competir también por el cargo.

La Asamblea General de Naciones Unidas llegó en un momento de rearme militar mundial, con las guerras y conflictos al acecho como no se había dado desde la Guerra Fría y donde el rol de la Organización pareciera quedar desdibujado y cuestionado por todo el arco político internacional. El surgimiento de bloques como los BRICS o cumbres que buscan dar vida a otros espacios multilaterales y la ausencia de los mandatarios de las potencias asiáticas alimentaron la imagen esta semana de que lo pasó en Nueva York fue apenas una reunión de algunos jefes de Estado y no la principal cita global de la comunidad internacional.