Los autos eléctricos llegaron para quedarse en la Argentina, es una tendencia que se consolida con el transcurrir de los meses y prometen ser una realidad abrumadora en la vía pública dentro de una década. Las diferencias con relación a los coches de calle tradicionales son amplias, por lo que vale la pena enumerarlas para conocer en profundidad la conformación de estos vehículos modernos.
Si bien en Sudamérica esta situación es reciente, el furor por ejemplo en Estados Unidos ya lleva más de diez años. Lo curioso, y que muchos no saben todavía, es que la batería de los autos eléctricos se carga como si fueran un celular y demoran casi lo mismo: alrededor de dos horas y media. Y hay detalles muy sorprendentes con respecto al funcionamiento de los mismos.
Las grandes diferencias entre los autos eléctricos y los tradicionales
El precio
Si bien los coches eléctricos son más caros en cuanto a su valor de inicio a la hora de comprarlos, con el correr del tiempo suelen más económicos para mantenerlos que los de nafta o gasoil. Los más baratos oscilan entre los 26 y los 35 millones de pesos actuales, mientras que los más costosos valen entre los 3.500 y los 4.000 millones de pesos.
El mantenimiento
Los coches eléctricos son claramente más sencillos en este sentido, ya que no requieren revisiones tan frecuentes como los tradicionales. De hecho, cuentan con menos piezas móviles, menos fluidos, frenos más accesibles y chequeos generales del auto cada 30.000 kilómetros en vez de cada 20.000 como en los clásicos.
Las emisiones
Un punto muy a favor de los autos eléctricos con relación a los "normales" tiene que ver justamente con el cuidado del medioambiente: directamente no emiten gases contaminantes como CO2 y óxidos de nitrógeno durante su uso, sino solamente cuando los fabrican. Este es uno de los ítems más destacados en la actualidad.
El sistema de propulsión y el motor
Mientras que las unidades eléctricas utilizan motores eléctricos alimentados por baterías, aquellos tradicionales (de combustión interna) usan motores que queman combustibles fósiles como gasolina o diésel. Además de que no contaminan, los motores de los vehículos eléctricos son más eficientes. En resumen: los motores de combustión interna queman combustible (gasolina o diésel) para generar energía, mientras que los motores eléctricos utilizan electricidad almacenada en las baterías para generar movimiento.
La carga y la autonomía
El notable contraste en este aspecto se refiere a la energía. Es que los vehículos tradicionales utilizan el combustible fósil (gasolina o diésel) que se inyectan en las estaciones de servicio, mientras que los vehículos eléctricos se alimentan de electricidad almacenada en una batería y se recargan enchufándolos a una toma de corriente como si fuesen teléfonos celulares, ya sea en una casa o en las estaciones de carga públicas. Si bien en la Argentina estas últimas todavía no son tan frecuentes, en otros países ya están completamente normalizadas.
Aquellos coches eléctricos tienen una autonomía limitada por la capacidad de su batería, que suele ser menor que la de un depósito de combustible de una unidad tradicional. En la práctica, significa que los coches eléctricos requieren recargas más frecuentes, aunque estas recargas pueden ser más económicas que llenar el depósito de un coche de gasolina.
El frenado
Los vehículos eléctricos, vale la pena reiterarlo, desgastan menos que los clásicos en este sentido: aprovechan la desaceleración para generar electricidad y recargar la batería, lo que reduce el desgaste de las pastillas y los discos de freno. Los frenos tradicionales, en cambio, dependen únicamente de la fricción para detener el vehículo, lo que genera más calor y desgaste "a la vieja usanza".
¿Un auto eléctrico se maneja igual que uno tradicional?
La respuesta es claramente no. Si bien las formas pueden resultar similares en líneas generales, la realidad indica que los eléctricos no tienen embrague ni caja de cambios: poseen una marcha única, por lo que se controlan con el acelerador y el freno, como si fuera un automático. Además, ofrecen una aceleración instantánea, con una conducción más suave y silenciosa.
Precisamente la ausencia de marchas (lo cual hace mucho más sencillo el manejo), el freno regenerativo y la entrega de potencia instantánea son características distintivas de los coches eléctricos con relación a los clásicos. Para una persona que creció manejando un vehículo eléctrico no es tan fácil pasar a conducir uno clásico. En contrapartida, pasar de comandar uno tradicional a uno eléctrico puede resultar mucho más accesible.
¿Cuántos autos eléctricos hay en Argentina hoy?
Según el Informe Trimestral sobre Electromovilidad de ACARA, durante el segundo trimestre de 2024 se patentaron 3.672 unidades con motorización alternativa, un aumento del 45,8% en comparación con el mismo periodo del año anterior. En el primer semestre de 2024, los patentamientos de vehículos electrificados alcanzaron un total de 6.169 unidades, lo que equivale a un 32,7% más en comparación con los mismos seis meses de 2023. Este crecimiento es un indicativo de que, a pesar de los desafíos, la demanda por vehículos eléctricos e híbridos está en ascenso. El aumento en las ventas sugiere que los consumidores están comenzando a considerar estas opciones como alternativas viables.
En la actualidad, el parque automotor argentino cuenta con aproximadamente 36.400 vehículos electrificados, de los cuales casi el 90% son híbridos. La tendencia hacia la hibridación media, o mild hybrid, ganó un gran terreno en los últimos años, impulsada en gran medida por las marcas de alta gama. Estos vehículos incorporan un motor eléctrico que complementa el motor de combustión, permitiendo una mejor eficiencia de combustible y menores emisiones, aunque su capacidad eléctrica es limitada.
A pesar de que los vehículos enchufables siguen siendo minoritarios, su inclusión en el mercado ofrece ventajas significativas. Estos modelos, aunque su autonomía eléctrica es reducida, permiten a los propietarios acceder a ciertos beneficios fiscales y exenciones de patente en varias jurisdicciones, lo que puede hacerlos más atractivos para los consumidores que buscan reducir costos a largo plazo.
En resumen, la evolución del mercado de vehículos electrificados en Argentina refleja un cambio gradual en la mentalidad de los consumidores y en las estrategias de las empresas automotrices. A medida que más marcas ofrecen modelos electrificados y se adaptan a las nuevas regulaciones, es probable que veamos un crecimiento sostenido en este segmento. Sin embargo, el futuro dependerá de la implementación de políticas públicas que fomenten la electromovilidad y de la percepción del público hacia estas tecnologías.