El Parlamento israelí rechazó a primera hora del jueves una votación preliminar para disolverse, dijo la Knéset en un comunicado, tras alcanzar un acuerdo en relación con una disputa sobre el servicio militar obligatorio.
La votación, que podría haber sido un primer paso hacia unas elecciones anticipadas que, según los sondeos, perdería el primer ministro Benjamin Netanyahu, fue rechazada con 61 parlamentarios en contra y 53 a favor.
La Knéset consta de 120 escaños y la mayoría necesaria para aprobar la votación era de 61 legisladores.
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Esto da más tiempo a la coalición gobernante de Netanyahu para resolver su peor crisis política hasta la fecha y evitar unas elecciones, que serían las primeras de Israel desde el estallido de la guerra con Hamás en Gaza.
Netanyahu se ha esforzado por resolver el punto muerto en el que se encuentra su coalición en torno a un nuevo proyecto de ley sobre el servicio militar obligatorio, que ha desembocado en la crisis actual.
"Me complace anunciar que, tras largas discusiones, hemos alcanzado acuerdos sobre los principios en los que se basará el proyecto de ley", dijo en un comunicado Yuli Edelstein, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knéset.
Algunos partidos religiosos de la coalición de Netanyahu pretenden que se exima a los seminaristas judíos ultraortodoxos del servicio militar obligatorio en Israel, mientras que otros parlamentarios quieren suprimir por completo tales exenciones.
Sucesivas encuestas han pronosticado que la coalición de Netanyahu perdería en unas elecciones, con los israelíes aún conmocionados por el fracaso en materia de seguridad del ataque del grupo miliciano palestino Hamás del 7 de octubre de 2023 y los rehenes que aún permanecen retenidos en Gaza.
El ataque sorpresa de Hamás provocó el día más mortífero de Israel y destrozó las credenciales de seguridad de Netanyahu, con 1.200 muertos y 251 rehenes retenidos en Gaza.
Desde entonces, la ofensiva israelí contra Hamás en Gaza ha causado la muerte de casi 55.000 palestinos, según las autoridades de sanidad locales, ha dejado gran parte del territorio en ruinas y a sus más de dos millones de habitantes en gran parte desplazados y sumidos en una crisis humanitaria.
Veinte meses después del inicio de los combates, el apoyo público a la guerra de Gaza ha disminuido. Más de 400 soldados israelíes han muerto en combate allí, lo que se suma a la ira que sienten muchos israelíes por las demandas de exención de los ultraortodoxos, incluso mientras la guerra se prolonga.
(Escrito por Maayan Lubell; información adicional de Enas Alashray; edición de Crispian Balmer, William Maclean y Michael Perry; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)
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