Ruanda y la República Democrática del Congo firmaron el viernes un acuerdo de paz con la mediación de Estados Unidos, lo que avivaba las esperanzas de poner fin a los combates que han causado miles de muertos y cientos de miles de desplazados este año.
El acuerdo supone un gran avance en las conversaciones con el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, y tiene como objetivo atraer miles de millones de dólares de inversión occidental a una región rica en tantalio, oro, cobalto, cobre, litio y otros minerales.
En una ceremonia con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en Washington, los ministros de Exteriores de los dos países africanos firmaron el pacto por el que se comprometen a aplicar un acuerdo de 2024 por el que las tropas ruandesas se retirarían del este del Congo en 90 días, según una versión rubricada por los equipos técnicos la semana pasada y a la que tuvo acceso Reuters.
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Kinshasa y Kigali también pondrán en marcha un marco de integración económica regional en 90 días, según el acuerdo.
"Estuvieron enfrentándose durante muchos años, y a machetazos: es una de las peores, una de las peores guerras que nadie haya visto jamás. Y casualmente tuve a alguien que fue capaz de resolverlo", dijo Trump el viernes, antes de la firma del acuerdo en Washington.
"Estamos obteniendo, para Estados Unidos, muchos de los derechos minerales del Congo como parte del mismo. Es un honor para ellos estar aquí. Nunca pensaron que vendrían".
Trump tenía previsto reunirse con los ministros de Asuntos Exteriores en el Despacho Oval más tarde el viernes.
Ruanda ha enviado al menos 7.000 soldados a través de la frontera, según analistas y diplomáticos, en apoyo de los rebeldes del M23, que se apoderaron de las dos ciudades más grandes del este del Congo y de lucrativas zonas mineras en un avance relámpago a principios de este año.
Los avances del M23 este año, el último ciclo de un conflicto que dura décadas y que tiene sus raíces en el genocidio ruandés de 1994, hicieron temer que una guerra más amplia pudiera arrastrar a los vecinos del Congo.
El ministro ruandés de Asuntos Exteriores, Olivier Nduhungirehe, calificó el acuerdo de punto de inflexión. La ministra de Asuntos Exteriores del Congo, Therese Kayikwamba Wagner, afirmó que el acuerdo debe ir seguido de la retirada.
Con información de Reuters