Algo huele mal en el dólar: la burbuja financiera y la guerra por el futuro del dinero

15 de diciembre, 2025 | 12.40

¿Alguna vez te preguntaste por qué, si los gobiernos imprimen tanto dinero, la mayoría de la gente es cada vez más pobre? ¿Por qué las crisis financieras se repiten como un reloj, siempre rescatadas con más deuda? La respuesta no está en un partido político o un presidente, sino en el corazón mismo del sistema global: el dólar estadounidense y su reinado de medio siglo, que hoy muestra grietas profundas.

El Acto de Magia que Cambió Todo: El Dólar Fiat (dinero por decreto)

En 1971, el presidente Nixon ejecutó una medida que el economista Michael Hudson calificó como "el mayor robo de la historia", ya que marcó el momento en que el dinero dejó de estar respaldado por riqueza material y pasó a ser una promesa sustentada únicamente en el poder. Rompió el último vínculo del dólar con el oro. Desde entonces, el billete verde ya no valía por lo que representaba (una reserva material), sino únicamente por la confianza y el poder militar de Estados Unidos. Nació la era del "dólar fiat": dinero por decreto.

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Este fue el certificado de nacimiento de la globalización financiera. El dólar, libre de ataduras materiales, se multiplicó por el mundo. Los países necesitaban dólares para comerciar, tomar préstamos y guardar sus ahorros. Esto le dio a Estados Unidos un "privilegio exorbitante": podía pagar sus déficits y guerras simplemente imprimiendo la moneda que todos necesitaban.

El Desacople: Cuando el Dinero Dejó de Representar Trabajo Real

Aquí comienza la gran ilusión. Al inundar el mundo con dólares, el sistema se desacopló. Los mercados financieros (la bolsa, los fondos de inversión, los derivados) comenzaron a crecer como un tumor, independientes de la economía real de fábricas, salarios y producción.

Pensalo así: antes, un billete representaba cierta cantidad de trabajo y bienes. Hoy, se estima que alrededor del 90% de las transacciones con dólares son puramente financieras: un fondo de Wall Street apostando contra la deuda de un país, un banco vendiendo deuda empaquetada. Es un casino gigante donde se apuesta con dinero creado de la nada. Mientras, la economía productiva se estanca.

La brecha es abismal. Mientras la producción de bienes y servicios avanza a paso lento, la economía financiera, inflada por dinero creado de la nada, opera en una órbita propia. Esta es la firma de un sistema en fase terminal.

Los Ganadores y Perdedores del Casino Global

¿Quiénes ganan en este casino?

1. La Burguesía Financiera Transnacional: No son "los ricos" tradicionales, sino gestores de fondos (como BlackRock), bancos de inversión (como Goldman Sachs) y megamillonarios cuya riqueza está en acciones y bonos. Su negocio no es producir, sino mover dinero para hacer más dinero. Incentivan que las empresas recompran sus propias acciones (inflando su precio) en lugar de invertir en empleos o tecnología.

2. Los Estados Zombis y las Empresas Zombis: Países y empresas que sobreviven no porque sean productivos, sino porque el crédito barato en dólares los mantiene artificialmente con vida, ahogados en deuda.

¿Los perdedores? La clase trabajadora y los países periféricos, que sufren el desempleo, la inflación y los ajustes cuando la burbuja financiera estalla... para luego ser rescatada con más deuda pública (que pagan todos).

Este endeudamiento no es nuevo, sino que se ha acumulado durante décadas. La siguiente tabla muestra cómo la deuda pública se ha disparado en las principales economías, alimentando el sistema:

 

El Contramodelo: China y el "Autocentramiento"

 

Este sistema occidental, basado en la financiarización, tiene un rival que juega con reglas totalmente distintas: China.

Mientras Occidente deslocalizaba su industria y multiplicaba su deuda, China hizo algo que parecía anticuado: construyó la base industrial más grande del mundo y levantó un "Gran Muro" financiero. Controla estrictamente la salida de capitales. Sus ahorros masivos no pueden fugarse a paraísos fiscales; se reinvierten internamente en trenes de alta velocidad, 5G y energía verde, según sus Planes Quinquenales.

Aquí el actor principal no es un fondo buitre, es el Estado-Partido. Las grandes empresas (incluso las privadas como Huawei) sirven a un proyecto nacional de poder tecnológico y autonomía. Su objetivo no es maximizar dividendos trimestrales para accionistas de Wall Street, sino desarrollar fuerzas productivas y desafiar la hegemonía tecnológica y monetaria de EE.UU.

No es "comunismo" en su forma clásica. Es un capitalismo estatal de largo plazo, donde el excedente se moviliza para el poder del Estado, no para la especulación de una élite financiera.

La Grieta en los Cimientos: La Guerra por el Futuro del Dinero

Esta es la verdadera guerra fría del siglo XXI. No es solo por microchips o rutas comerciales. Es una guerra entre dos sistemas de acumulación incompatibles.

Del lado occidental: Un sistema parasitario y de corto plazo, donde la riqueza financiera ficticia (el "valor simulado") domina a la economía real, generando desigualdad y crisis recurrentes.

Del lado chino (y aliados como Rusia, que vende petróleo en yuanes): Un sistema productivista y de largo plazo, que busca crear alternativas al dólar (como los pagos en monedas locales) y romper el "privilegio exorbitante" estadounidense.

El resultado es la multipolaridad monetaria. El dólar ya no es la única opción. El euro, el yuan, el yen y acuerdos entre países del Sur Global están creando circuitos paralelos. Cada sanción de EE.UU., como las impuestas a Rusia, acelera este proceso, demostrando que el arma del dólar puede volverse en su contra.

Conclusión: Más Allá de la Burbuja

La próxima crisis no será solo otra crisis financiera. Será una crisis de hegemonía. La inflación global, las guerras comerciales y la carrera tecnológica son síntomas de este terremoto geoeconómico.

La pregunta que define nuestra época es: ¿qué sistema organizará el mundo post-dólar? ¿Un capitalismo financiero aún más concentrado y volátil, o un nuevo orden donde el dinero vuelva a estar, de algún modo, anclado a la producción real y al poder estatal?

La respuesta no la darán solo los bancos centrales, sino la lucha de clases a escala global y la capacidad de las sociedades para imaginar un dinero que sirva a la gente, y no a la gente para servir al dinero.
 

Fuentes y metodología: Los datos presentados en los cuadros son cálculos propios basados en series oficiales del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón (BoJ) y el Banco Mundial. La cita de Michael Hudson proviene de su obra "Super Imperialism". El análisis del desacople se alinea con las tesis de economistas como Giovanni Arrighi ("El Largo Siglo XX") y los informes del Bank for International Settlements (BIS) sobre los ciclos financieros.

MÁS INFO
Darío Garcia

Sociólogo UBA. Maestrando en intervención social FSOC. Maestrando en Políticas de vinculación con China UNPaz. Miembro de la Mutual Manuel B Ugarte. Coordinador del Centro de estudios M B Ugarte CEMBU.