El PRO analiza armar un interbloque en Diputados para enfrentar el vaciamiento impulsado por Bullrich

La llegada de Patricia Bullrich al Congreso activó la migración de legisladores PRO hacia las filas libertarias. Frente a ese escenario, el bloque amarillo mantiene conversaciones con distintos sectores para avanzar en la conformación de un interbloque que les permita mantenerse como un actor de poder en la Cámara Baja.

02 de diciembre, 2025 | 00.05

Desde que La Libertad Avanza decidió engullir diputados PRO, se abrió la posibilidad de que los amarillos formen parte de un interbloque con viejos aliados. La llegada de Patricia Bullrich al Congreso profundizó el robo de legisladores y si bien la relación con los Milei todavía transita por buenos carriles, el vínculo con los violeta en el parlamento demandará más conversaciones de las previstas hace algunas semanas.

Las negociaciones continuarán hasta el final, pero por estas horas los contactos se llevan a cabo principalmente entre el PRO, la UCR oficial, el MID y figuras como las de Miguel Ángel Pichetto y Nicolás Massot, quienes podrían no sumarse al armado de Provincias Unidas. De avanzar, podría darse la conformación de un interbloque que, se estima, reuniría cerca de 30 miembros, una cifra significativa para negociar con diferentes sectores e influir en votaciones clave.

La relación entre estos actores no es nueva: ya compartieron alianzas e interbloques. El más reciente, aunque fugaz, convocó al PRO y al MID. Por las elecciones, que los enfrentaron, esta unidad se disolvió. En la Capital Federal, el MID formalizó su vínculo con el larretismo y, junto a Confianza Pública, sumarán a un espacio de siete miembros. Este vínculo fue clave para reimpulsar las conversaciones en el Congreso.

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Álvaro González, diputado nacional que responde a Horacio Rodríguez Larreta, decidió mantenerse en el bloque PRO, aunque desde hace tiempo mantiene diálogos con el espacio de Oscar Zago y Eduardo Falcone. Ahora, esas charlas trascendieron su posición individual para consolidarse en negociaciones más institucionalizadas y formales.

Durante la primera etapa del gobierno de Javier Milei, el PRO funcionó como un aliado frecuente de la Casa Rosada para evitar el fracaso de la administración, que mostró los hilos en sus primeros meses con el impulso amateur de la primera versión de la ley Bases. Pero ahora, con el paso de las elecciones y un crecimiento violeta en el parlamento, la oposición dura ya no está en condiciones de conseguir los números para un juicio político y el Presidente se aseguró el número para sostener los vetos.

Este escenario, claramente más favorable para el gobierno, permitirá al PRO analizar con mayor precisión las iniciativas que proponga la Casa Rosada. En buena medida, habrá apoyos, dado que existen muchas coincidencias entre ambos proyectos políticos, aunque se anticipa que los amarillos manifestarán todas las objeciones que consideren necesarias. Habrá apoyo, desacuerdos y defensa de los valores del partido que, a nivel nacional, lidera Mauricio Macri.

La relación con la Rosada es buena, aunque algo más tensa que en otros momentos. La llegada de Bullrich activó un mecanismo voraz para captar diputados. En un principio, incluso al PRO le pareció lógico que algunos legisladores migraran, especialmente aquellos que ingresaron al Congreso por la lista de la ex ministra de Seguridad en 2023, pero las últimas incorporaciones ya generaron malestar.

La mudanza de la cordobesa Belén Avico marcó un punto de quiebre. A partir de ese momento, Bullrich sumó a la santafesina Verónica Razzini (quien había ingresado al Congreso en la lista de Horacio Rodríguez Larreta) y a su coterráneo Alejandro Bongiovanni.

Se acusa que fueron “comprados” por el gobierno con ofrecimientos de todo tipo y color, desde cargos hasta comisiones en la Cámara Baja. Desde el bullrichismo destacan, sin embargo, que todos ellos ingresaron en 2023 a través de la lista de Patricia Bullrich, incluso quienes no la acompañaron en la interna que enfrentó al larretismo en la PASO porque, en las elecciones, terminaron de ingresar al Congreso mediante La Fuerza del Cambio.

La sangría continuó con José Nuñez, otro santafesino que, en este caso, prefirió migrar hacia el espacio de Provincias Unidas. Él también formó parte de la boleta bullrichista pero no desembarcó en orillas violeta. Los nombres señalados por este sector no terminan allí, sino que la lista sigue e incluye nombres resonantes como los de Cristian Ritondo y Martín Yeza, entre otros que pueden leerse aquí.

En ese contexto, sorprendió el mensaje de la porteña Daiana Fernández Molero, que cuestionó el “cepo” tanto en la economía como en los partidos políticos. “Ojalá el PRO vuelva a ser un espacio que atraiga talento y nuevas ideas”, sostuvo en X. De todos modos, no se espera que abandone el bloque amarillo.

La salida de Silvia Lospennato lejos está de encontrarse en esta gotera constante de bancas. Para el PRO no había otra salida que su asunción en la Legislatura porteña, para cumplir con el mandato de las urnas y no tener una candidata testimonial. La decisión fue adoptada de forma institucional.

En medio de este complejo panorama, Martín Menem dejó de responder el teléfono como en otros tiempos, lo que se atribuyó a un intento por demostrar control, tras meses de cuestionamientos. Sin embargo, se espera que la situación cambie pues, aún habiendo superado los 90 legisladores propios, el gobierno deberá negociar con otros sectores para alcanzar los 129 votos necesarios para el quórum.

Esta situación sugiere que la relación entre ambos espacios requerirá un diálogo más intenso del inicialmente previsto. Por ahora, la única comisión que los libertarios necesitan con urgencia es la de Presupuesto, que deberá dictaminar la nueva versión de la ley, tratándola rápidamente y enviándola al Senado para su aprobación antes del 31 de diciembre.