"Nada cerrado en ninguna parte": coletazos de la proscripción a CFK en PBA

El macrismo ve, en el cara a cara y en los sondeos, que perdió votos por dos vías: la de los que ahora eligen a Javier Milei y la de los que, desencantados, prefieren no ir a votar.

17 de junio, 2025 | 20.37

En la provincia de Buenos Aires, hasta los PRO más resistidos a un acuerdo ciego con La Libertad Avanza piensan que la proscripción de Cristina Kirchner no va a modificar los términos de la negociación con los violeta. Los sondeos no acompañan al macrismo, que ve cómo el gobierno le robó los votos, sin poder recuperarlos en la misma medida. Sin embargo, todavía quedan algunas puertas abiertas para darle cierto aire a los intendentes.

Cerca de Mauricio Macri aseguran que “no hay nada cerrado en ninguna parte” con los libertarios, y que si bien en Buenos Aires el diálogo “está un poco más avanzado”, aún no hay “nada confirmado”. En territorio bonaerense, la lectura es que Cristian Ritondo, el negociador amarillo, quiere avanzar a toda costa con el pacto, pero el gobierno pone trabas al entendimiento al sumar cada vez más condiciones.

A nivel más global, todavía no pudo haber un acuerdo entre el macrismo y los libertarios en las elecciones provinciales, salvo el caso del Chaco, donde el PRO tuvo que adherir a la alianza en la que participó el gobierno nacional.

Dos distritos gobernados por los amarillos pueden ser clave a la hora de repensar el vínculo: en Entre Ríos, como ya contó El Destape, por las bancas que se ponen en juego no sería alocado pensar en una coalición entre Rogelio Frigerio y los libertarios. En Chubut, donde gobierna Ignacio Torres, ese acercamiento podría no ser beneficioso, pero no se descarta un entendimiento tácito.

En la Capital Federal aguardan los resultados de la negociación bonaerense. Como adelantó este medio, hay al menos tres alternativas para el macrismo: ir en soledad y retener los 16 puntos conquistados el 11 de mayo; reeditar Juntos por el Cambio; pactar con La Libertad Avanza y compartir lista.

Según planteó un dirigente amarillo, María Eugenia Vidal, que ofició de jefa de campaña para las elecciones porteñas, quiere la revancha para Juntos por el Cambio. La diputada nacional continúa de recorrida por los barrios de la Ciudad conversando con los vecinos y si bien algunos la señalan como una dirigente que pica en punta para encabezar una boleta, en su entorno le bajan el tono a la conversación. Adjudican sus recorridas a un proceso de escucha activa y agradecimiento por lo hecho en mayo.

La Fundación Pensar que preside la propia Vidal lanzó un informe duro con el gobierno de Javier Milei. Puntualmente enfocado en las cosas que no sucedieron pero se prometieron. Se remarcó la falta de privatizaciones contempladas en la sancionada ley Bases, se hizo foco en la destrucción de los puestos de trabajo en los distintos sectores de la economía, se enfatizó la ausencia de éxito en el blanqueo laboral y en la modificación del ordenamiento del trabajo con, por ejemplo, el cambio de las indemnizaciones por un fondo de cese laboral.

En Buenos Aires, según confió un referente del PRO, el macrismo no pudo recuperar los votos que le entregó a Milei en el balotaje del 2023. Perdió la mayor parte de su electorado por esta vía. Pero tampoco pudo reconquistar a los desilusionados que, en un segundo grupo, prefieren no ir a votar.

La ausencia de Cristina Kirchner no modificaría demasiado los términos de la negociación, justamente por esta debilidad electoral. Sin embargo, sí se espera que prime la racionalidad libertaria y que los intendentes puedan definir las listas de sus municipios, entendiendo que los violeta pueden sufrir un golpazo muy duro en caso de ir en soledad, producto de la falta de candidatos decentes. También se espera que permitan que el macrismo lidere boletas seccionales, aunque éstas estén llenas de mileístas detrás de ese primer nombre.