Con la anunciada inscripción de la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO en la Capital Federal, la derecha espera conseguir una distancia más que contundente respecto del segundo. Para los amarillos, la polarización va a explicar el 75% de los votos en la Ciudad, dejando un 25% para la izquierda y el centro político, alejado de los polos, que intenta organizarse de cara a las elecciones.
La intención de este último grupo es evitar la dispersión del 11 de mayo y sumar fuerzas para aspirar a conquistar la mayor cantidad de votos posibles entre un universo aproximado del 20%. Este sector quiere empezar a construir una alternativa, un proyecto de poder de cara al 2027. Pero ciertos ruidos por las candidaturas imprimieron la incertidumbre lógica de estas fechas decisivas.
En el mejor de los casos, este centro podría aspirar a hacer ingresar dos diputados nacionales y, probablemente, ningún senador. Por lo que los lugares entrables son más que acotados y los nombres con pretensiones son bastantes. Ya se lanzaron Graciela Ocaña y Esteban Paulón para la Cámara Alta. La primera, con aval de Horacio Rodríguez Larreta, podría ser una pieza movible y el segundo, en caso de no tener pista en este potencial armado, podría presentarse por afuera.
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También se postuló Hernán Reyes, por la Coalición Cívica, con la intención de liderar la boleta de diputados nacionales. Pero el liberal Ricardo López Murphy tiene la pretensión de encabezar un tramo de la boleta lo que, en caso de darle la de la Cámara Baja, empujaría al lilito a un tercer lugar. Otro actor que podría jugar es Juan Schiaretti, que ya tuvo sus participaciones en elecciones clave como Santa Fe, Buenos Aires y seguramente en Córdoba.
Por la UCR, Martín Lousteau deberá abandonar su banca en el Senado, pero por el momento no está claro que vaya a jugar en octubre. Martín Tetaz es otro de los nombres fuertes, pero resistido por una parte del partido porteño. La respuesta podría estar, una vez más, en la renovación y uno de los nombres mencionados es el de Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la FUA.
En Buenos Aires, la intención del centro es sostener Somos, la diversa alianza que se inscribió para las elecciones locales del 7 de septiembre. Una de las personas que suena como candidata a diputada es Elisa Carrió, aunque su nombre no está del todo firme. El interrogante es qué pasará con Facundo Manes, que fue puesto en duda en la provincia.
Con el avance de la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza en CABA, el macrismo también se embarcó en una danza de nombres que no cesará hasta el 17 de agosto, cuando cierren las listas. Para los amarillos, lo prioritario es el cierre de la coalición y, luego, designar a los dos elegidos.
Sabrina Ajmechet y Fernando Iglesias, dos de los tres diputados actuales que el PRO pondrá en juego, no serán pagados por los amarillos. De incorporarse a la lista, deberán ser cobrados a las filas del bullrichismo. Los nombres del macrismo son cuatro: Jimena de la Torre, Fernando de Andreis, Hernán Iglesias Illa y Darío Nieto.
De la Torre es una abogada especialista en materia impositiva y fue funcionaria de la AFIP en la gestión de Leandro Cuccioli, durante el gobierno de Mauricio Macri. Tras dos victorias en las elecciones de abogados, es su representante en el Consejo de la Magistratura, un lugar clave para cualquier partido político. El primer triunfo llegó en 2022, cuando la Corte Suprema ordenó que el órgano vuelva a tener una composición de 20 miembros, mientras que el segundo ocurrió en noviembre de ese año, cuando se renovó la composición hasta el 2026.
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La que confirmó su baja definitiva es María Eugenia Vidal, para quien el acuerdo entre el PRO y LLA no es "lo mejor". Contó, en X, que dio la batalla interna pero que la perdió y si bien seguirá "siendo PRO", no militará desde el lugar de candidata en esta elección pero trabajará para los gobernadores y dirigentes amarillos con responsabilidades.
En la provincia de Buenos Aires, el destino del PRO está más que sellado junto al de La Libertad Avanza y los nombres que “la vieron” hace un año se garantizarían los lugares entrables. Diego Santilli, Alejandro Finocchiaro y Florencia De Sensi, ambos del ritondismo, serían los elegidos.
Ellos notaron, poco tiempo después de las elecciones, que el macrismo perdió en la batalla por la representación del antiperonismo en la Argentina, que el rumbo del debate social se había modificado y que Javier Milei pudo capitalizar las crisis de los partidos políticos. Con ese análisis, decidieron embarcarse en la misión de acordar para evitar sacar un porcentaje testimonial. De forma tal vez exagerada, se habló de un 3%. Hoy se quedaron con el sello del PRO y, señalan, los autopercibidos macristas puros terminarán jugando por fuera del partido.