El Gobierno ya prepara la segunda etapa del mandato de Javier Milei. Para llevar adelante lo que denominan en Casa Rosada como "cambios de segunda generación", el Presidente planea un nuevo equipo. Para eso habrá modificaciones en el Gabinete después de las elecciones. La idea es tener un nuevo plantel para 2026, año bisagra para el libertario, que intenta arrancar con una reforma laboral y cerrarlo con una reforma previsional.
La Libertad Avanza de cualquier manera saldrá triunfante de las elecciones que más le importan: octubre. Allí logrará varios escaños (incluso haciendo una elección regular) en Diputados y otros pocos en el Senado. Pero obtendrá lo que esperan con ansias en el Gobierno: blindar el tercio que le permita sostener los vetos presidenciales a leyes que intente la oposición en el Congreso. Y por otro lado sostener los DNU presidenciales.
En Casa Rosada hubo sorpresa por el avance de todos los gobernadores con un proyecto de ley que puede, dicen en el Gobierno, "tirar abajo del superávit fiscal". "Ellos quieren meter la ley ya. Pero es un apriete porque saben que hasta diciembre nosotros tenemos los pocos diputados que tenemos ahora. Necesitamos ganar tiempo para llegar a 2026", reconoce ante El Destape una fuente en los pasillos de Balcarce 50.
"Ganar tiempo" para el Gobierno es ganar diputados en las elecciones y que asuman en diciembre. Hoy si todos los gobernadores se unen contra el Gobierno salen leyes con votos y sin vetos. Milei va a tener que ceder y negociar hasta diciembre. En 2026, con un Congreso renovado, puede prescindir de varios supuestos aliados, como algunos mandatarios provinciales, una parte del PRO e incluso hasta puede dejar ya a un lado a un Mauricio Macri que amaga con abandonar la política.
Es en este contexto que cranea junto a su hermana, la reina de la rosca, Karina Milei, un nuevo Gabinete renovado. Será una etapa la que viene donde podrá darse el lujo de negociar aun menos con diputados y senadores y sobre todo con los gobernadores.
Un movimiento se dará en la jefatura de Gabinete post elecciones. Allí hay una danza de nombres pero el que pica en punta es Manuel Adorni. El vocero de Milei asumirá en diciembre su banca como legislador de CABA pero podría retornar en 2026 como jefe de los ministros.
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Esta semana, el portavoz vio que esa versión (que publicó El Destape hace dos semanas) empezó a crecer en otros medios y salió a darle más entidad. Ponderó llamativamente a Francos en su conferencia de prensa y salió a defenderlo luego de varios cruces que tuvo el jefe de Gabinete en su exposición en el Senado.
En el despacho de jefatura de Gabinete hubo preocupación esta semana por estas jugadas que lo dejarían out a Francos. Porque a su vez hay otra oficina cercana que también tendría modificaciones para el año que viene. Se trata del virtual Ministerio de Interior (hoy es vicejefatura de Gabinete de Interior) que conduce Lisandro Catalán.
Karina Milei iría en modo Pac-Man para esa zona. El apuntado para suceder a Catalán es otro hombre fuerte del karinismo: Martín Menem. La ecuación cierra: la hermana de Milei mete a dos de los suyos en esa zona, lo vuelve a reponer a Adorni como vocero-jefe de Gabinete y deja al ahora presidente de la cámara de Diputados a tejer lo poco que haya que tejer con las provincias.
Quien quedaría al mando de la estructura grande que armó el adornismo llamada Secretaría de Vocería y Prensa de la Nación es Javier Lanari, Nº2 del vocero y de muy buena relación con Karina Milei y con Javier Milei, que es un retuiteador serial de los explosivos mensajes en la red social X del experiodista de LN+.
Otros lugares van a tener que ser reemplazados naturalmente por candidaturas de peso, como se especula serán las de Patricia Bullrich en CABA y Luis Petri en Mendoza.
Mientras se negocia duramente los términos y condiciones de los lugares, listas, nombres y el sello en la provincia de Buenos Aires entre el PRO y LLA, también se abren otros lugares. El Triángulo de Hierro amarillo, que está sentado en la mesa negociadora con Karina Milei, tiene solo uno que quiere ser candidato. Los otros dos, no.
Cristian Ritondo no va a figurar en ninguna lista al igual que Guillermo Montenegro. Diego Santilli espera agazapado. El primero de ellos, quien agarró el bastón de mariscal en el PRO, además de negociar poner a sus delegados ritondistas en las listas va por un premio u otro. El mayor sería quedarse con la SIDE. El menor, pero no por eso menos jugoso, es el Ministerio de Seguridad que deja otra exPRO como Bullrich.
Montenegro también va por dos premios. El primero puede ser reemplazar a Mariano Cúneo Libarona en el Ministerio de Justicia. el otro, más grande todavía, es ser propuesto para la Corte Suprema o para ser Procurador General de la Nación por este Gobierno. Para lo primero depende de Milei. Para lo segundo, del Senado 2026.