La CGT irá recién el martes a una reunión con las autoridades del Partido Justicialista para analizar la posible convocatoria a una marcha masiva de protesta sólo en caso de que la Justicia rechace la prisión domiciliaria para Cristina Kirchner. El encuentro estaba previsto para este viernes, pero finalmente se postergó para el mismo día, unas horas antes, de la que habrá en la sede partidaria con los gobernadores peronistas.
MÁS INFO
La central obrera ya había descartado la posibilidad de un paro nacional de actividades como le reclamó medio centenar de gremios kirchneristas y dejó abierta la posibilidad de orquestar una movilización de grandes dimensiones a pedido de la expresidenta. Esta noche en el triunvirato de conducción dijeron que ese escenario se pondrá en juego para el miércoles que viene si la logística de la detención instrumentada por el Gobierno “es para el escarnio”.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
La CGT estuvo ausente en la reunión de este jueves en la central del PJ y sólo acudieron dirigentes muy alineados a la exmandataria pero con limitada influencia en el Consejo Directivo de la organización como la judicial Vanesa Siley (Sitraju), Mario Manrique (segundo de los mecánicos del Smata), Abel Furlán (Unión Obrera Metalúrgica, UOM), Víctor Santa María (encargados de edificios, Suterh), Guillermo Moser (Luz y Fuerza) y Norberto Di Próspero (personal legislativo, APL).
La decisión de mantenerse por ahora al margen del núcleo de decisiones relacionadas con el encarcelamiento de Cristina tiene varias aristas: por un lado, la central obrera no puede garantizar la adhesión masiva a un paro general con los gremios del transporte y tampoco la seduce salir al choque contra la Corte Suprema, de la que dependen varias causas de su inmediata incumbencia como el desenlace del DNU 70/23. Pero además, rehúye de volcar todo su potencial para una causa que asume como resuelta y que, en el mejor de los casos, podrá a lo sumo morigerar las condiciones de prisión.
También pesan los rencores acumulados con los años. Cristina históricamente desdeñó a la conducción tradicional del sindicalismo y en los últimos años se recostó sobre un núcleo de dirigentes que consiguieron espacios legislativos, como Siley, Manrique y el bancario Sergio Palazzo en la bancada de Unión por la Patria. Los “gordos” de los grandes gremios de servicios, con Héctor Daer a la cabeza, quedaron al margen y sólo el dirigente de Sanidad tuvo su banca en Diputados como cofundador del Frente Renovador de Sergio Massa.