Sin Cristina candidata, Macri cree que Milei tendrá problemas para polarizar

Para el macrismo de Mauricio, el gobierno va a tener que sortear la dificultad de gobernar y mantener un estilo pro grieta pero sin Cristina Kirchner. El partido amarillo referenciado en el ex presidente no quiere aportar para ayudar a los libertarios a salir de ese embrollo.

22 de junio, 2025 | 00.05

Hay un aspecto que, aún con el paso de los días, el entorno de Mauricio Macri no puede predecir. No se sabe cómo hará la Casa Rosada para mantener la línea de gobierno y su estilo discursivo sin Cristina Kirchner como candidata. Esta semana, Manuel Adorni intentó ahuyentar los fantasmas y aseguró que La Libertad Avanza no existe sólo como oposición a la figura de la ex presidenta, sino de un modelo “soviético” que amenaza con colonizar la Argentina.

Para afrontar esa dificultad identitaria, el PRO no va a aportar “nada”. Al menos no el que responde a Macri. ¿Por qué? Porque “el PRO no es el gobierno”. Esa distancia a veces difícil de señalar entre un partido y el otro.

Si bien en el macrismo de Mauricio aseguran que no hay ningún acuerdo cerrado con los libertarios y que, pese a que la cuestión está avanzada en Buenos Aires todavía no se pactó nada, lo cierto es todos los esfuerzos están orientados a conseguir un entendimiento que, según los sondeos, podría no ser beneficioso para nadie.

El Destape viene contando un escenario muy particular en la provincia que vale la pena enfatizar. Según datos de la consultora Proyección, por tercer mes consecutivo, la suma aritmética de La Libertad Avanza y el PRO, al ser medidos en un escenario en conjunto, evidencia una fuga de votos hacia sectores más moderados.

Si La Libertad Avanza mide 30 puntos y el macrismo entre siete y ocho, la suma de los dos en un escenario de coalición no alcanza el 38%, sino que se queda en torno al 35%. En el camino quedó extraviado un tres por ciento. Como la energía, no se pierde sino que se transforma.

Esos votos pasan, según Proyección, a engrosar otras opciones como la de la UCR o una propuesta de centro. Incluso también a la categoría de indecisos y, llamativamente, a Unión por la Patria porque, al indagar un poco más en la respuesta, los bonaerenses no quieren que el mileísmo llegue a la provincia de Buenos Aires.

Un escenario similar fue el que proporcionó el último estudio, también mencionado en El Destape, de la consultora Pulso Research. Según estos datos, La Libertad Avanza, a nivel nacional, cosecha el 38,8% de intención de voto mientras que el PRO llega al 4,9%. Pero juntos apenas suman el 39,8%. Una vez más, cuatro puntos huérfanos que pasaron a incrementar el caudal de votos de opciones de centro como el peronismo no kirchnerista o la UCR.

Datos interesantes para poner sobre la mesa. ¿A los libertarios les conviene entregarle renglones al PRO, por pocos que sean, para no verse beneficiado en el porcentaje final? ¿Al PRO le conviene quedarse con poco, pudiendo conservar tres diputados leales sin necesidad de una alianza?

Por ahora, los dos sectores manifestaron su voluntad de llegar a un acuerdo en la provincia, pero la ausencia de Cristina Kirchner marcó un antes y un después en el proceso electoral. De ratificarse ese camino, el PRO buscará profundizar una suerte de condición: que los intendentes escriban sus listas y, en lo posible, definan en sus secciones.

En el interior, según confiaron un par de fuentes de Juntos por el Cambio, la gestión pesa mucho más que la disputa nacional, concentrada en la zona del AMBA. Si la administración es buena, el intendente tiene muchas chances de revalidar su propuesta. Pero, además, los libertarios tampoco tienen nombres para ofrecer, al menos no aptos, lo que suma otros porotos en favor de los alcaldes.

También se les plantea, en especial a los del PRO, la dificultad de explicar una alianza municipal con los libertarios en distritos donde el mileísmo funcionó más como oposición que como colaboradores. La UCR terminó este sábado con sus rondas de consulta seccionales y se espera una definición prontamente, sin descartar que un sector pueda acordar con el gobierno nacional y el macrismo.

La discusión del 7 de septiembre es la que le interesa a los territoriales. Con encabezar listas pueden tener más que suficiente, aunque después haya mucho nombre libertario en los renglones. Pero en ambas boletas, la provincial y la nacional del 26 de octubre, habrá otro problema a contemplar: quién paga qué candidato.

Los espacios son pocos y los nombres muchos. Un ejemplo claro de ello es Gerardo Milman, que entró y hoy integra el bloque PRO pero que, al ser un hombre de Patricia Bullrich, el macrismo no va a pagar. O sea, no se va a descontar del “cupo” amarillo.

El bullrichismo ya hizo el pedido formal para que Milman, investigado en la causa que aborda la autoría intelectual del atentado a CFK, forme parte de la lista nacional. Pero el diputado estará donde le pidan que esté, ya sea para el Congreso como para la provincia, siendo él de la populosa tercera sección electoral. Todavía en su rol de diputado nacional, es de los que considera que el bloque amarillo debería mantenerse unido hasta el 10 de diciembre, más allá de que pueda ser difícil.