A pocos días de cumplirse tres meses de internación, el fotógrafo Pablo Grillo fue dado de alta este martes de terapia intensiva y será trasladado al Hospital Manuel Rocca, donde continuará realizando una tareas de rehabilitación. "Fue un nuevo parto esto, revivió", dijo su padre, Fabián.
Cerca de las 10 de la mañana, el fotógrafo fue retirado en camilla por la puerta de la guardia del Hospital Ramos Mejía. Con una gran sonrisa iluminando su rostro, se lo vio rodeado de su padre, madre, familiares y amigos. "Che Pablito, estamos esperando, que vuelvas para el barrio, para seguir luchando", se escuchaba mientras era subido a la ambulancia para ser trasladado al hospital donde continuará su rehabilitación.
El joven fotoperiodista de 35 años recibió el impacto de un proyectil en su cabeza por parte de un efectivo de la Gendarmería mientras registraba la represión comandada por la ministra Patricia Bullrich, el pasado 12 de marzo, durante una marcha de jubilados en las afueras del Congreso.
"Es una emoción y alegría. Fue un nuevo parto esto, revivió. Los primeros días fueron muy graves", dijo Fabián Grillo a la prensa que se acercó a las puertas del Hospital Ramos Mejía. Emocionado, detalló que el alta de su hijo fue "sorpresiva" y que se la comunicaron esta mañana al fotógrafo para no generarle "falsas expectativas" en la previa. "Le dijimos que se iba ir en cualquier momento, pero ahora le dijimos 'cambiate que te vas'", relató.
Más temprano, Fabián explicó en declaraciones a Radio Re que, a partir de ahora, su hijo comenzará un proceso de "rehabilitación" en otro centro de salud. "Será un trabajo multidisciplinario. Tienen gimnasios. Hará trabajos de kinesiología y de conducta. Si es necesario que reaprenda afeitarse, que lo reaprenda. Todo para volver a ser independiente. De ser necesario, lo reeducarían. Obviamente caminar, desenvolverse, la motricidad fina y la memoria", indicó.
El agradecimiento al sistema de salud público
En la misma línea, Fabián Grillo aprovechó para agradecer a los profesionales del Hospital Ramos Mejía y al servicio público de salud por recibirlo, tratarlo y curarlo como lo hicieron desde hace más de 80 días. "Todo a través del Hospital Público y con su obra social del Ioma. Hay que hacer un monumento... Bah, no hay que hacer un monumento. Hay que mantenerlo, poner plata e invertir. Sostener y pagar bien a los profesionales. Lo público funciona. Y después sí, si hay ganas, hacerles un monumento, pero primero lo primero", planteó.
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La familia de Pablo había comunicado ayer la noticia como una "alegría en este infierno" y agradecieron todo el "apoyo y acompañamiento". "Seguimos haciendo fuerza por él y para que todo salga según lo esperado", escribió su familia al anunciar el alta del fotógrafo y la conferencia de prensa.
El Cuerpo Médico Forense presentó ayer lunes su informe luego de visitar a Grillo y de analizar su historia clínica y concluyeron que las lesiones ocasionadas por el impacto del cartucho de gas lacrimógeno durante la represión del 12 de marzo son de carácter “graves y gravísimas” y que pusieron en peligro su vida, según publicaron en un documento al que accedió El Destape.
Caso Grillo: Lo que se sabe y lo que oculta el gobierno
La causa por el disparo que recibió el fotógrafo Pablo Grillo en la cabeza durante la represión que desató el gobierno el 12 de marzo pasado en una de las marchas de los jubilados avanza con claroscuros en los tribunales federales de Comodoro Py. Según las últimas constancias del expediente, está prácticamente comprobado que el gendarme Héctor Guerrero fue quien ejecutó de forma ilegal el disparo que casi le cuesta la vida a Pablo.
También está corroborado que hizo más de una ejecución de la misma forma. No obstante, el uniformado aún no fue citado a prestar declaración indagatoria. A su vez, la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) retacea información a la Justicia y la Policía Federal envía audios del operativo recortados lo que entorpece la pesquisa.